Descubrí hace años al artista y Doctor en Bellas Artes Antonio García Villarán en su blog y lo que entonces me pareció un pasatiempo inteligente para pasar aquellos días inciertos de encierro y mascarillas, tuve que aplaudir a García Villarán por expresar lo que muchos pensamos (y sabemos) sobre el arte contemporáneo.
En EL ARTE DE NO TENER TALENTO, García Villarán pone en el diccionario del arte el término HAMPARTE (HAMPA+ARTE) Este término hace referencia a todo aquello que no es arte, pero que la sociedad trata de vendernos como tal y encuadrar el fenómeno artístico fundamentalmente desde principios del siglo XX hasta la actualidad desde su perspectiva menos artística. Es decir el mercado, pero que por desgracia forma parte intrínseca del mismo. No debemos olvidar que el artista crea para vivir…
El ensayo es ameno, muy divertido (no va de carcajada, aviso), personal y honesto. García Villarán se atreve a desmenuzar o desmontar como en un álbum de cromos , con sus filias y sus fobias, claro está, las argucias de los creadores para colocar en un mercado intoxicado por la crítica, la ideología y el posturno, una producción artística en lo que únicamente importa es su precio.
EL ARTE DE NO TENER TALENTO puede ser un revulsivo para el neofito que puede llevarle hasta el agnosticismo artístico. Su lectura tampoco es recomendable para tanto mamarracho como pulula en galerías, blogueras de tendencias e influencers de arte, porque a lo mejor no tienen respuestas para preguntas inteligentes que se pueden surgir después de leer el libro.
Es una lectura imprescindible para los que tenemos un sentido lúdico del arte, disfrutamos de la experiencia, somos unos descreídos cínicos y deseamos profundizar en los personajes (la intrahistoria del arte), sin asustarnos ni escandalizarnos. Porque esa parte oscura también forma parte de la obra y del ser humano.
Duchamp, Picasso, Miró, Dalí, Kandisnky, Malevich, Frida, Manzoni, Pollock, Yoko-Ono, Kusama, Marina Abramovich, Banksy y muchos más son analizados por el sevillano. García Villarán no despelleja, explica, sencillamente la relación entre el dinero, la fama y la nada. Y eso es lo que realmente interesa.
El repaso que pega García Villarán es necesario para leer después (o antes) cartelas explicativas de exposiciones de arte, donde el talento lo tiene el comisario o el galerista al atreverse a explicar lo inexplicable.