Editorial

El museo como zona de guerra

EDITORIAL

Domingo 18 de agosto de 2024

Hemos llegado a lo que hemos llegado. Las Olimpiadas París se han convertido en una charlotada reivindicativa y los museos en un probable escenario de guerra.

Lo de Francia no tiene otro calificativo que Perdida de Papeles, sin más. Parece que han confundido las olimpiadas con Eurovisión y la inauguración de lo que se supone un evento internacional de deportivo de concordia y paz se recordará como una payasada descontrolada por parte de Macrón que ya no sabe que es la egalité, ni liberté y mucho menos la fraternité con el bochornoso espectáculo Identitario, que estaba fuera de lugar . El Carnaval Drag de Tenerife es el Baile de Debutantes de Viena en comparación a semejante e ignominosa performance.

En otro orden de cosas, me entero que Israel está prestando obras maestras de sus museos ocultando su origen. Es decir que no se sepan de dónde vienen por motivos de seguridad.

Viendo como se las gastan los Ecocetinos y la pasividad de los gobiernos europeos, en nombre del buen royito y la tolerancia, y que los museos europeos se han convertido en foros de vandalismo mediático, los israelíes prefieren que no se sepa que los cuadros proceden de ahí no sea que algún tronado en nombre de Palestina, la Legión Árabe o vete tu a saber, les destroce las obras de arte que presta.

De hecho se están planteando no ceder ninguna obra más en una temporada, circunstancia más que normal.

Los hebreos no son tontos y deberían servir de ejemplo a más de uno que se cree que esto del arte sigue siendo una Experiencia Cultural Universal para darse cuenta que el concepto cultura ha cambiado y que el museo como espacio sagrado de conservación, preservación y contemplación del arte universal se ha transformado en una ludotéca vandálica radical sin paliativos.

Pero esto sólo pasa en Europa, gracias a Dios. Todavía los quedan los museos de la China comunista, los museos neo zaristas rusos, los museos árabes y otros países donde impera el “Orden”, es decir el palo y el talego a quien se pase de gracioso o vandalice alguna obra de arte o monumento.

Allí desde luego, no pasa nada de todo esto ni pasará. Los EcoCretinos ni se asoman por el Museo Nacional de Arte de China a protestar por los excesos contaminantes. Los EcoIdiotas tampoco aparecen por el Hermitage protestando contra el uso de armas térmicas contra Ucrania y por supuesto ni un drag, travesti, binario confeso y demás, que reivindican su identidad han pisado el Louvre de Abu Dabi, ni se les espera en el nuevo Centro Pompidú en Al Ula en Arabia Saudí, a menos que les vaya la marcha sado porque la de bastonazos que les iban a meter por ser simplemente gays y extranjeros puede ser de antología. Si fuesen gays locales, los cuelgan de gruas sin contemplaciones. En esto Irán ha sido un gran precursor. De Corea del Norte no hay noticias, pero es de suponer que a ningún gracioso desdichado se le pasa por la cabeza grabar su nombre en alguno de los miles de monumentos dedicados a Kim Jong-Un.

Más nos vale a los españoles que en vez de tanta gilipoyez colonial en nuestros museos, fuéramos retirando discretamente lo que tenemos prestado por ahi. No sea que nos vandalicen por pedófilos alguna marina de Sorolla con niños desnudos bañándose en la playa y mucho menos, se nos ocurriese prestar la Mujer Barbuda (hoy Magdalena Ventura con su Marido) de Ribera.

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