Editorial

¿El vandalismo es síntoma de estupidez?

EDITORIAL

Domingo 01 de septiembre de 2024

La última semana de agosto otro turista , esta vez británico, fue sorprendido mientras garabateaba sus nombre en la Casa de las Vestales en la antigua ciudad de Pompeya. Un memorable colofón para un verano rico en estupidez vandálica.

El hombre de 37 años utilizó un objeto contundente para realizar varios grabados, entre ellos “JW LMW MW”, la fecha “07/08/24” y las letras “MYLAW”. Cuando el personal del Parque Arqueológico de Pompeya lo notó de pie cerca de la pared decorada con frescos y descubrió más tarde los grabados que había dejado, llamaron a las autoridades locales.

Los Carabinieri lo han denunciado ante la fiscalía y más le vale al idiota que se vaya preparando.

Este año verano, “oficialmente” han pillado a tres memos garabateando por ahí y está claro que la cosa no va a terminar. No hay manera de poner puertas al redil de los cochinos en el campo.

Los italianos se han puesto en serio y se pasan bastante mucho por los mismísimos, si el asunto de la Video Vigilancia puede ser una vulneración a la intimidad del ciudadano.

Teniendo en cuenta que hablamos de delincuentes que saben que el esto de poner sus nombres en monumentos está más que prohibido, están de acuerdo conmigo que está más que justificada.

Está claro que los perímetros de los sitios arqueológicos romanos más “populares” ya están convenientemente video vigilados, pero no es suficiente. Aunque los visitantes en su mayoría están plenamente concienciados que contemplan un bien patrimonial universal, cada vez son más los que participan y denuncian estas gamberradas. Es lo que se llama Colaboración Ciudadana.

El parlamento italiano decidió tomar medidas enérgicas contra el vandalismo en el patrimonio cultural aumentando la multa máxima por estos delitos de 15.000 euros a 60.000 euros incluso con penas de cárcel.

Los italianos ya rastrean las redes buscando a idiotas que inmortalizan las hazañas.

¿Traslado el problema a España? Somos el tercer destino turístico del mundo, (a veces el segundo). Nuestra legislación contra este tipo de delitos está poco clara, o tal vez quien debe solicitar penas por ello no lo tiene demasiado claro, lo que a veces me recuerda cuando en las playas españolas estaba prohibido el bikini menos para las turistas suecas portadoras de suculentas divisas.

Y además, nuestra legislación es demasiado garantista con el delicunte.

Es de suponer que las medidas de los italianos es porque son unos fascistas irredentos y no porque están hartos y como dice el ministro Sangiuliano “Cada daño es una herida a nuestro patrimonio, a nuestra belleza y a nuestra identidad y por eso debe ser sancionado con la máxima firmeza”. Como digo cosas de fachas.

Cabe esperar que nuestro ministro Urtasun , una vez “Descolonice” museos, la Alhambra, el Acueducto de Segovia y el Templo de Debod, dotará de medios tecnológicos y recursos suficientes a la Guardia Civil y el SEPRONA y que conjuntamente con los ministros Bolaños o Marlaska organizarán cursos acelerados para jueces y fiscales para que éstos, sepan o se enteren que estos delitos están tipificados.

Lo de revisar y actualizar el Código Penal es harina de otro costal, que para esto hacen falta legisladores de verdad. ¡Eso sí!. De buen royito, si, no sea que algún imbécil se mosqueé por sentir que se está violando su intimidad mientras está jodiendo el patrimonio de todos.

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