También se ha descubierto los restos de una iglesia medieval del siglo XI desconocida a sólo 8 metros de la superficie
REDACCIÓN. Según Informa ARCA, los Carabineros han descubierto una excavación clandestina en Torre Annunziata, que se cree que tenía como objetivo saquear objetos de la famosa Villa A (“de Popea”) en Oplontis, una antigua y lujosa villa romana junto al mar situada a tan solo tres kilómetros del yacimiento arqueológico más famoso de Pompeya.
El descubrimiento se realizó durante una operación coordinada dirigida por la unidad de investigación con la ayuda de agentes especializados en delitos contra el patrimonio cultural.
los Carabineros registraron un sótano en el centro de Nápoles a solo un minuto a pie de la histórica villa. Allí, los investigadores encontraron tres túneles parcialmente derrumbados pero aún accesibles, todos ellos en dirección a la Villa de Popea, conocida por sus impresionantes frescos.
Los agentes también encontraron una sorprendente cantidad de herramientas utilizadas para la excavación ilícita. Entre ellas se encontraban sistemas de ventilación, materiales de apuntalamiento utilizados en el desarrollo de los túneles y contenedores ya llenos de lapilli volcánico extraídos durante el avance de la operación de excavación.
Los investigadores creen que los túneles se cavaron con la intención de llegar y robar artefactos del sitio arqueológico, conocido por sus frescos y estructuras excepcionalmente conservadas que datan de la antigua Roma.
La Villa de Popea es una parte importante del sitio de Oplontis y ha sido durante mucho tiempo un objetivo para los saqueadores de tumbas debido a su rica importancia arqueológica.
Igualmente , a principios de este mes, se descubrió una excavación ilícita en el corazón de Nápoles. Allí, los oficiales descubrieron los restos de una iglesia medieval del siglo XI a ocho metros por debajo del nivel de la calle, a 2 km de la estación central de trenes de Nápoles. El asaltante en este caso es un empresario local, que excava directamente debajo de un palacio existente.
Recuperados en el lugar, los oficiales incautaron unos 10.000 fragmentos arqueológicos de las épocas romana y medieval, que se cree que provienen del sector suburbano de la antigua ciudad de Neapolis, así como 453 hallazgos arqueológicos intactos de la época romana, incluidos: cráteres de figuras rojas, ánforas, lámparas y pipas de terracota, así como monedas romanas y medievales.
Se dice que la iglesia, que no se había descubierto hasta ahora, es un raro ejemplo de arte medieval del siglo XI, cuya decoración es similar a la del cercano Sacello di Sant'Aspreno.
Ambos incidentes ponen de relieve los importantes desafíos que plantean las excavaciones urbanas ilícitas tanto para la aplicación de la ley como para la protección del patrimonio cultural. Estas excavaciones no autorizadas, que a menudo se llevan a cabo de forma encubierta debajo de propiedades residenciales o comerciales, no solo plantean riesgos de seguridad debido a la inestabilidad de los túneles y posibles daños estructurales, sino que también corren el riesgo de causar daños irreparables al Patrimonio Artístico.
Las investigaciones se ven agravadas por la dificultad de detectar estas operaciones en zonas densamente pobladas, donde las excavaciones pueden pasar desapercibidas durante años, debajo de lugares aparentemente ordinarios.
Los saqueadores que buscan artefactos valiosos con frecuencia destruyen capas de historia, sacando elementos de su contexto y cortando vínculos cruciales con el pasado. Esto no solo priva al público de un valioso conocimiento cultural, sino que también alimenta el mercado negro de antigüedades, socavando los esfuerzos legítimos para preservar y estudiar los sitios históricos.