Editorial

¿Los vicios subvencionan los museos?

EDITORIAL

Domingo 17 de noviembre de 2024

Leo con interés que los gafapastas británicos y demás ralea buenista y cancelacionista han puesto el grito en el cielo porque el British Museum ha adquirido 2.420 objetos japoneses gracias a la financiación de JTI.

No busquen que es JTI en la web. No lo encontrarán. Son las siglas de Japan International Tobaccos, dueños entre otros de los británicos Benson & Hedges, Silk Cut y también de Camel y Winston.

Hace cinco años, JTI era el donante de 600 objetos en el museo. El mes pasado, la cifra se ha cuadriplicado hasta 2.420. Las últimas adquisiciones incluyen una copia del Libro ilustrado de 1787 “las sandalias del guerrero”, que si bien no es un objeto importante, es una adición bienvenida a la colección japonesa del British.

JTI también financia un puesto de proyecto de comisariado de material japonés, el Programa de Asociación Comunitaria del British Museum, que incluye recorridos táctiles para visitantes ciegos, recorridos en lengua de signos, recorridos LGBTQ y fiestas de té para personas mayores y abandonadas.

La hipocresía sajona es centenaria. Se inventaron la Leyenda Negra para tapar su industria esclavista. Se escandalizaron de los campos de concentración alemanes cuando fueron los inventores del asunto durante la Guerra de los Boers en 1905 y acogían únicamente a mujeres y niños con una nutritiva dieta a base de pastel de carne con cristal machacado. Convierten Harrod’s en los grandes almacenes de lujo típicamente londinenses y al dueño le negaron la nacionalidad inglesa y no se sabe incluso, si le mataron al hijo en el Puente de las Animas de Paris.

La política de Patrocino y Mecenazgo para los sajones es como un laxante que alivia conciencias. De hecho son los inventores modernos del este asunto de las Relaciones Públicas una vez la revolución industrial los abocó al capitalismo más voraz. Y no me discutan: Soy Licenciado en Comunicación y RR.PP. en una de las universidades más inmorales de Estados Unidos. Digamos que aprendí con maestría como se hace.

Son sociedades en las que a cambio de patrocinar en beneficio de las artes, se olvida lo hijodeputa que eres. No es cuestión ahora de explicar de donde salieron los fondos para la creación del British Museum, el Albert & Victoria Museum, El Museo Getty, el Metropolitan o el Museo de Filadelfia, el Chicago Art Institute y otros miles de museos más. La cuestión es que está ahí. Gracias a que a unos cuantos les venía bien blanquear sus fortunas o imagen y desgravar impuestos por ello.

Seamos prácticos y objetivos. Si las tabaqueras japonesas hacen donaciones al British, financian recorridos táctiles para ciegos y en lengua de signos para sordos, recorridos LGBTQ y fiestas de té para las yayas arrinconadas por sus hijos y nietos activistas, y así blanquean su producto, ¡Déjales!. Una industria que por otro lado da trabajo a miles de familias en los estados pobres de EE.UU. contrabandistas y carabineros de aduanas.

Hace días adelanté que hay nuevo director en el British, Nicolas Cullinan, y que tiene claro que para que la entrada el museo sea gratis 365 días al año, alguien tendrá que pagarlo.

Dudo que la Copa de Vino Español, imprescindible en cualquier sarao cultureta patrio, y que facilitan los bodegueros como formula de patrocinio habitual, pueda erradicarse porque el vino tinto mancha los dientes, produce cirrosis y si te descuidas te matas en coche.

Hay una línea roja en esto del mecenazgo, está claro. Prueba de ello fue cuando Durex patrocinó en la India una campaña contra el SIDA y envió un lote de 400.000 condones, que hubiese sido una campaña buenísima sino fuera porque eran defectuosos y caducados.

A los Ecocretinos los ataques en los museos los patrocinan la nieta iluminada del petrolero Paul Getty y Bill Gates. ¿Qué se inventará TESLA para que no nos preguntemos que pasará con las baterías de los coches eléctricos cuando mueran?. Ya veremos. Seguramente acabarán en algún vertedero infinito de baterías en un lejano país africano después de sobornar al gobierno de turno con cuentas de colores. De hecho, los alemanes ya están pagando a Nigeria la construcción de un súper museo nacional para sus Bronces de Benín que además son propiedad del reyezuelo Eware II y Nigeria es muy grande…Francia está buscando su basurero en Camerún, y como es un país musulmán ya se encargará Arabia Saudí de convencerlos gracias a los museos que Francia le está construyendo en medio de su desierto para millonarios chinos. Eso se llama geopolitica del mecenazgo cultural, a ver si aprendemos.

Si rascamos un poco, cualquier empresa esconde sus miserias debajo de la pátina de la generosidad y el altruismo ¿Nos escandaliza? A mi no. El concepto sigue siendo el mismo: Devolvemos a la sociedad lo que la sociedad nos da. Ahora, cambia lo de devolver por reparar y ya está.

No es cuestión de llegar al extremos de aquel ZOO inglés de “Criaturas Feroces” con John Cleese y Jamie Lee Curtis, pero a estas a estas alturas de la copla que nadie se escandalice. El buenismo occidental imperante se olvida de ello ya que cada vez es más cretino y está tan acostumbrados a que los financien por la cara, que se olvidan que no deben morder la mano que quien les da de comer.

Lo de la ética en esto del patrocinio y mecenazgo cultural es como lo del color del cristal a través del que se mira. ¿Farmacéuticas? ¿Cajas y Bancos? ¿Coches eléctricos? ¿Alcohol 0,0 y no tan 0,0? ¿Productos milagro y otras falacias? ¿Supermercados?. Miren en su última invitación y lo hablamos.

Así que, ¡Bendito mecenazgo! Y cállate, tonto.

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