Editorial

La Libertad de Expresión: El arte en si mismo

Sábado 13 de septiembre de 2025

Hace años que decidí no volver a Estados Unidos. Fue después del 11 de septiembre.

Viví allí casi cinco años y la única discriminación que sufrí fue por mi color de pelo, tamaño y pronunciación. Para ellos yo estaba en el limbo racial entre caucásico y latino, que pronto se solucionó con el peyorativo Olive, que se nos otorga a los mediterráneos. Un sucedáneo del PIGS de la Unión Europea.

Salvada esta cuestión racial fundamental, que me sitúa entre aceituna y cerdo, pero que es (era) obsesiva en el país, jamás se me preguntó por mi credo, voto o que tipo de culos miraba.

Obviamente esto derivaba normalmente en una natural selección autoproteccionista del cada oveja con su pareja, pero yo de natural inquieto, no tuve ningún problema en relacionarme con caucásicas, afroamericanas, orientales, nativas, latinas, protestantes, judías e hindúes, así como sus homólogos masculinos.

Sólo una vez sufrí discriminación por parte de una profesora sicótica en una asignatura de “Computadores 3” a la que no se le ocurrió, otra brillante idea que llamarme latino ignorante porque me costaba, lo reconozco, seguir sus explicaciones técnicas en su americano de Kansas. Una vez aclarado por el claustro de profesores, que aparte de español, catalán, italiano y un poco de francés y que después de cuatro años de formación universitaria en Filadelfia, Michigan e Illinois se me consideraba bilingüe español inglés con una media GPA de 3,8/5, a la tipa, simplemente la despidieron ipso facto.

Eso me ayudó a comprender que el país era bastante libre, tanto como para admitir como profesora a una tía racista e ignorante, pero igualmente prescindible si se sospechaba que llevaba los fines de semana caperuzas del KKK.

Pude debatir en mis clases y compañeros sobre esclavitud, franquismo, Leyenda Negra, Inquisición, armas de fuego, nudismo, la guerra de Cuba y de Cuba, relaciones interraciales y otras cuestiones que no son “populares” allí. Y me maravilló el debate de ideas y que espoleaban los profesores y que nunca pude disfrutar ni experimentar en la universidad española, para ser más concretos en la Autónoma de Barcelona y hablo de finales de los 90.

Decidí no volver porque a partir del atentado de las Torres Gemelas aquello cambió. El país cogió miedo y no supo gestionarlo de otra manera que con mayor control policial y desconfianza, que allí puede volverse paranoica con 350 millones de personas que viven en una permanente auto segregación global, policía incluida y 390 millones de armas de fuego (2023). Y controlar a 350 millones con 390 millones de armas y mantener el principio de eres libre de hacer y vivir como quieras sin joder al prójimo, sólo se consigue con leyes muy férreas.

Con los años empeoró y con las redes y WSP degeneró ya que el americano adora la información pero no sabe gestionar la sobreinformación y el Mundo de las Ideas universitario se distorsionó.

Los americanos han vivido en su burbuja desde hace 250 años. El partido Demócrata sería como un PP socio liberal y lo del partido Republicano , aquí en Europa, simplemente, no tiene réplica. USA no sabe que es la izquierda ni el progresismo porque no está en su ADN social liberal y mercantilista. Hasta los indios navajos y los Amish son capitalistas.

Allí excitar la imaginación del personal es fácil. Ya lo hicieron Walt Disney, Spielberg y George Lucas y se creen que los millonarios tienen razón, llámense Kennedy, George Soros, Bill Gates, Mark Zuckerberg, J.P. Morgan o Donald Trump. La cuestión es saber que quieren los millonarios y hay que ser muy imbécil para no saber que precisamente lo que quieren es hacerse más millonarios, y para eso manipulan a su antojo el Mundo de las Ideas, según les convenga.

Hoy no hablo de arte, sino de libertad de expresión que es el arte en si mismo. Decir lo que quiera y si no gusta, deje de leerme o cambie de canal y punto y si cree que me paso argumente o vaya usted al juzgado.

La Libertad de Expresión era sagrada en USA y el asesinato fascista por las ideas no se entiende y les trastoca. Importar el Socialismo Faviano europeo, provoca que un hijo de puta se pase de frenada, por jugar a ser un Snob Progresista a la Europea, desconociendo que la radicalización se consiente en Europa porque es una amenaza controlada, ya que la amenaza de la distopía del Gran Hermano de Orwell, se ha superado con creces. Cosa que en USA todavía, no.

Por eso dejé de ir a Estados Unidos. Porque empieza a haber demasiado Snob idiota que ya confunde combate por debate.

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