REDACCIÓN. El pasado 12 de octubre, dos EcoFachas del grupusculo FV atacaron un cuadro del artista, José Garnelo (1886-1944) "Primer homenaje a Cristóbal Colón" (1892) en el Museo Naval de Madrid. Este museo es de titularidad estatal.
En esta ocasión, las EcoCretinas atacaron directamente el lienzo que no tenía ninguna protección con pintura roja biodegradable. También se han visto afectadas por salpicaduras otras piezas como una vitrina que estaba situada debajo del lienzo.
Hasta ahora , los actos vándalicos contra obras de arte, y pinturas concretamente, se habían perpetrado contra obras protegidas con cristales. Está vez han afectado directamente al lienzo.
Tras el ataque, la Policía Nacional procedió a la detención de las dos activistas, que fueron primero retenidas por un funcionario del museo hasta la llegada de los agentes. Las detenidas están acusadas de un delito contra el Patrimonio y fueron trasladadas a dependencias policiales para tomarles declaración y ser puestas a disposición judicial.
En fecha 13 de octubre, el Museo Naval ha comunicado que la pintura ha podido ser limpiada de pintura, aunque se desconoce si ha provocado daños secundarios o permantentes, ya que los efectos del agua sobre un lienzo antiguo pueden ser de alcance. Reparar las muchas filtraciones de pintura, barnices dañados, arrastre de polución y pérdidas de antiguas restauraciones costará miles de euros
En Pecados del Arte consideramos que el empleo de la violencia contra el patrimonio en nombre de cualquier ideología responde a actitudes violentas fascistas. Por ello se les denomina EcoFachas o EcoNazis, aunque el más apropiado tal vez sea EcoCretinos.
La imposición de postulados mediante ataques o daños al patrimonio histórico cultural, no pueden ser considerados en ningún caso reivindicativos, sino como actos de violencia propios de camisas negras fascistas o las camisas pardas nazis.
A pesar que se creía que la panda de Futuro Vegetal se había extinguido, después de que en octubre de 2024, según informaba ABC , se descubriera que el líder, Eduardo Jesús Rovira, alias Bilbo Bassaterra, se lucraba personalmente y ser imputado por desviar fondos de la organización, parece que todavía, alguno de sus cachorros actúan con actos vandálicos.
Policía sostiene que la "elite" del grupo conformaron la «verdadera» organización criminal que utilizó al colectivo como un medio para desviar dinero. El dinero desviado , 40% de lo recaudado de donaciones recibidas en buena fe (76.000 €) , acabó en dos cuentas bancarias a su nombre, lo habría gastado, entre otras cosas, en comprarse una caravana (diesel) o en pagar a su expareja, con la que tiene una hija.