Restitución

La Venus del Espejo y otros expolios no reclamados ¿Dónde está nuestra dignidad cultural?

César Alcalá

Lunes 12 de diciembre de 2022

Los griegos llevan reclamando sus obras de arte saqueadas y mal vendidas desde hace 180 años como una cuestión de estado. Nosotros no sabemos sí Patrimonio del Estado siquiera se ha planteado solicitar la devolución de las obras de arte expoliadas por Francia en 1808. ¿Ya lo damos por perdido?.



El caso de la Venus del Espejo de Velázquez, hoy en día en el National Gallery de Londres, no es el único caso de expolio que ha sufrido España a lo largo de lo siglos. Aunque nos centremos en el cuadro de Velázquez, es bueno conocer otros casos y, más aún cuando un rey de España, Fernando VII, fue el principal promotor de un auto expolio al regalar cuadros de incalculable valor a los ingleses y dejar que los franceses también se llevaran importantes obras de arte.

A veces el expolio se encubría con una compraventa. Esto ocurrió a principios del siglo XX. Los casos son conocidos: El claustro del Monasterio de Sacrameria o el el pórtico románico de San Vicente de Frías fueron comprados en 1925, por W.R. Hearst. Y que hoy en día se encuentran en Miami. Sin olvidarnos de la reja de la Catedral de Valladolid, comprada también por Hearst, y que hoy en día está en el Museo Metropolitano de Nueva York.

España se ha expoliado a sí misma para recuperar otras piezas. Recordar el caso de la Dama de Elche. A parte, tenemos el caso del ábside de San Martín de Fuentidueñas que durante el franquismo se cedió a perpetuidad a The Cloyster, perteneciente al Museo Metropolitano de Nueva York.

¿Pero que ha pasado con lo saqueado y traficado por potencias extranjeras en uno de los expolios más dolorosos y reconocidos como fueron los producidos durante la guerra de Independencia española contra Francia?

El mariscal francés Jean de Dieu Soult saqueo decenas de cuadros en Sevilla. Uno de ellos es el Nacimiento de la Virgen de Murillo. Hoy en día está en el Museo del Louvre. Otro cuadro expoliado por los franceses fue el Juicio Final de Pacheco, exhibido actualmente en el Museo Goya de Castres, en Francia.

Un marchante francés, en el 1906, se hizo con San Martín y el Mendigo y la Virgen con el Niño y las Santas Martina e Inés, ambos de El Greco, que estaban en la capilla de San José de la Catedral de Toledo y hoy, colgados en la National Gallery de Washington

El último caso vinculado con los franceses al que nos referiremos es El Aguador de Velázquez. José Bonaparte intentó llevárselo a Francia. En la batalla de Vitoria, el Duque de Wellington lo recuperó, junto con otras obras de arte, y las llevó a Inglaterra. Cuando Wellington quiso devolverlas a España, el rey Fernando VII le dijo que era un regalo por los “servicios prestados” y ahí sigue en Apsley House (Wellington Museum) junto con otras 256 pinturas conocidas ironicamente como “Spanish Gift”. Es de justicia reconocer que el inglés insistió en su devolución, pero Fernando VII se sentía generoso.

Y ahora hablemos de la Venus del Espejo de Velázquez. Este cuadro, a lo largo de la historia, ha tenido diversos dueños. El primero fue Gaspar de Haro y Guzmán, VII marqués del Carpio. El siguiente fue propietario Francisco Álvarez de Toledo, el X duque de Alba, pero en 1802 Carlos IV odenó que se vendiera a Manuel Godoy, Príncipe de la Paz y conde de Chinchón. Lo tenía expuesto en el Palacio Grimaldi. En la sala donde estaba expuesta la Venus también se podía contemplar la Maja vestida y desnuda de Francisco de Goya. Durante la guerra de la Independencia época seguramente se conservó en el Palacio de Buenavista (Madrid) de donde probablemente fue robada por algún miembro del ejército inglés.

En 1813 estuvo en manos de Buchanan y, al año siguiente fue adquirida por John Morritt, por 500 libras Este último la instaló en su mansión de Rokeby Hall en Yorkshire. Entre los personajes ilustres de su momento que la pudieron contemplar tenemos a Walter Scott, Joshua Reynolds, Thomas Lawrence o Humphry Davy. A Scott le mandó una carta en la que dice mi precioso trasero de Venus por Velázquez.

Hay que comentar que al ser un cuadro “impúdico” y que perturbaba la mirada de las damas, éste estaba colgado muy por encima de la visión de ellas.

Como consecuencia de problemas económicos,tuvo que vender en 1906 el cuadro a Agnew and Sons, siendo adquirido por la National Gallery de Londres por 45.000 libras. La adquisición tuvo el apoyo económico del rey Eduardo VII quien también admiraba el cuadro (¿y quién no?) y aportó 8.000 libras al fondo para su compra

A partir de ese momento el cuadro cambió de nombre. En Inglaterra no se conoce como la Venus del Espejo, sino The Rokeby Venus o The Toilet of Venus . Este cuadro es referencia de muchos artistas contemporáneos, como es el caso de Francis Bacon. El cuadro de Velázquez, como las obras citadas en este artículo, como muchas más, aun no han sido reclamadas por el Gobierno de España para que sean devueltos a sus legítimos propietarios. Esto es, el pueblo español.

La opinión publica española no ha sabido nunca, más allá de las restituciones que se llevaron a cabo en los años 40 (la Dama de Elche o la Inmaculada) que han hecho los gobiernos de España para que se nos devuelva lo que expoliaron los franceses o ingleses a sangre y fuego.

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