Según informa el redactor Ignacio Cabanes del diario LEVANTE-EMV, El pasado 4 de junio el Juzgado de Instrucción número cinco de València condenó al director del Consorcio de Museos de la Comunitat Valenciana, José Luis Pérez Pont, a pagar una multa de una multa de 1.080 euros por un delito leve de daños imprudentes en el patrimonio, por autorizar una exposición a base de grafitis con aerosoles de pintura plástica en el claustro renacentista del Centre del Carme Cultura Contemporánea de Valencia (CCCC) en 2019.
Los gastos de esta exposición ilegal ascendieron 37.000 euros. Es importante indicar que los muros en los que se realiza las obra forman parte del Convento del Carmen, declarado Monumento Histórico-Artístico de carácter nacional en 1983 y reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC) del Patrimonio Histórico Español desde 1985.
Los daños causados por los grafitis tienen un coste muy superior a los 400 euros, cuantía mínima para ser considerado delito contra el patrimonio por imprudencia grave. El fallo aclara que resulta innecesario determinar y concretar estos daños ya que la propia Generalitat, propietaria del inmueble, no reclama por los mismos pese a haber corrido con los gastos de la reparación y consolidación.
La sentencia considera probado que Pérez Pont debía ser conocedor de que las pinturas utilizadas no eran las apropiadas para el tipo de soporte (muro) y aprecia una imprudencia grave en la acción del gerente del Consorcio de Museos de la Comunitat Valenciana al observar una ausencia de las más elementales medidas de cuidado. Entre las obligaciones de Pérez Pont está también la de velar por el buen estado y conservación del edificio.
La propuesta de exposición al dúo de artistas PichiAvo para pintar un grafiti en las paredes del claustro renacentista, partió del propio condenado como director gerente del Consorcio de Museos de la Comunitat y se desarrolló entre febrero y mayo de 2019 y terminó suscitando las críticas de asociaciones culturales y arquitectos.
El graffiti realizado en el BIC se hizo directamente en los muros del claustro renacentista con pinturas plásticas de distintos colores, predominando el negro, blanco y plateado. Una vez terminada la citada exposición se cubrieron todos los muros con pintura plástica rojo almagre del tono que estaba previamente.
Todos los peritos coincidieron en el juicio, celebrado el pasado 23 de mayo, que la utilización de los materiales pictóricos y el tipo de pintura utilizada para la realización de los grafitis, así como posterior recubrimiento,"no es el adecuado para muros de mampostería".