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La prueba pericial caligráfica en la autenticación de obra artística firmada

LA IMPORTANCIA DE LA RÚBRICA Vicente Fernandez Salmerón

· Por Vicente Fernández Salmerón, Director Arte ICCD, Experto en Grafística, Documentoscopia y Análisis de soportes y materiales

Vicente Fernández Salmerón | Martes 14 de junio de 2022
Las firmas de los artistas se impusieron por primera vez a principios del Renacimiento, cuando la producción artística pasó de los sistemas cooperativos de los gremios al entusiasmo de la creatividad individual. La firma era la forma perfecta de diferenciar su talento del de otros artistas de menor nivel. En el Siglo de Oro español existían artistas que a través de su rúbrica llevaban a cabo una suerte de campaña de marketing puesto que les convenía que los clientes potenciales, si les gustaba la obra, conocieran quién la había realizado.

ntes de esto se consideraba que la obra debía hablar por sí sola, sin necesidad de mancillarla con una firma, aunque otros artistas utilizaban la firma como una forma de decir: "Esta obra está completa, no la vuelvas a trabajar".

Además de como indicador de obra terminada, las firmas también se utilizan habitualmente para dejar constancia del tiempo, el lugar y el medio. Uno de los métodos comúnmente utilizados para determinar la autenticidad de una pintura es el análisis de la firma colocada en ella.

Thomas Hoving, en Art for Dummies, dijo que "... la presencia o ausencia de la firma del artista no es tan significativa como se podría pensar para establecer la importancia o el valor de una obra de arte. Pocas cosas son más fáciles en el juego de falsificar, (…) lo importante es la calidad general de la obra y su estado, no la firma".

Surge entonces la cuestión: si el proceso creativo, forma de ejecutar la pincelada, los detalles de la obra, cantidad de materia que se emplea en cada elemento, preparaciones, mezclas forman parte de la personalidad del artista; si el sentido del trazo y su producción dependen directamente de la influencia del cerebro que ordena una serie de conexiones neuromusculares que permiten a los connoisseurs o entendidos en arte diferenciar la obra de un artista de una mera imitación; ¿Por qué la firma, gesto personalísimo, único e individualizante dependiente directamente de la influencia del cerebro carece de entidad propia y es tan fácil de reproducir? Sí la firma es tan fácil de imitar o falsificar, ¿Qué impide imitar un trazo, un dibujo, una pincelada más o menos cargada de materia? Sí un Experto en Bellas Artes se basa en el gesto del artista a la hora de ejecutar su obra, el Experto en Grafística (estudio de firmas, anagramas, sellos) y Documentoscopia (certificados de autenticidad, documentos de procedencia de la obra, etc.) analiza esos otros aspectos que identifican al firmante, que no es otro que el artista.

Es este tipo de prueba (reconocida en la Ley de Enjuiciamiento Civil art. 349) la que tendrá mayor fiabilidad a nivel judicial ante la asistencia de expertos que testifiquen, ofreciendo tan solo su opinión o parecer respecto de la autoría de la pintura. Testificales que, en muchos casos, son contradictorias cuando concurren varios, y no ayudan al Juez a tomar una decisión.

La prueba caligráfica sobre firmas se erige como prueba científica, demostrable, contrastable y verificable por cualquier otro experto con las mismas condiciones de análisis y sobre la que apoyar una sentencia.

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