Hace unos días intervine en un programa de radio que se convirtió en una especie de Consultorio de la Señora Francis. Eché de menos no poder emplear el "Mi querida amiga artista...".
Aquello fue una encerrona de llorones, pero como llevo mucho tiro pegao como Perito Judicial en esto de las artes, creo que hasta fui de utilidad.
Imagínense que un artista provecto denunciaba que una galería, digamos de Madrid, no le había devuelto obras cedidas para una exposición. Conozco la galería y no me extraña, lo que si me extraña es que un artista veterano sea tan ingenuo como para recurrir a semejante pirata y antro.
Otra llamada. "Encarna ¿Dígame?". En este caso se quejaba de que los artistas son permanente saqueados y ninguneados, cuando no directamente estafados por marchantes y galeristas, digamos esta vez en Palma.
Con tercer artista llorón la cosa iba de robo de su obra en un traslado. Entonces dejé el tono amable de Señora Francis: "¿Saben que hay una cosa que se llama Brigada de Patrimonio de la Policía Nacional?". Se imaginarán que hubo un silencio de velatorio japonés (disculparán la pedantería, pero una vez fui a uno y quería contarlo.). Envalentonado por aquel subyugamiento, les metí un poco más de caña: "¿Cómo coño firman ustedes un contrato de exposición?", "Para tener Derechos, también hay que asumir responsabilidades", "¿Hiciste campana el día que en la escuela de arte hablaron de Derecho de Autor?".
Como hijo, hermano y sobrino de artistas y siendo yo mismo ilustrador precoz a los 16 "ya lo he vivío en mis carnes", como diría una folclórica. Como perito judicial, lo experimenté en los juzgados.
Los artistas a la hora de la verdad son comodones: "Yo no sirvo para hacer "papeles" (¡Coño, pues ya me dirás quién!); "Nosotros somos bohemios". (Que yo sepa no es sinónimo de tonto y vago), "Es que nos engañan!. (¡Pues ve con tu mujer como hacía Miró!) ; "Es que no solemos hacer facturas" (Pues, en el pecado está la penitencia.) "Que si cuelgo mis cuadros en una exposición virtual, me los reproducen" (chico, parece que te dieron conocimiento sólo para pasar el día...).
Siempre digo que hay que viajar un poco más y ver como se hacen las cosas fuera y si es necesario unirse. Lo que pasa es que el asociacionismo profesional en este país de envidiosos y egoístas es tan raro como ver al fantasma de Dalai Lama en cuarto oscuro.
Unidos se denuncia y boicotea al galerista chungo sin excepciones. Unidos se hace fuerza en el ministerio (o consejeria) y si sobornan con subvenciones, se rechazan por dignidad.
Y sino fíjense en la asociación de artistas visuales de Baleares (aavib) que se han plantado y han dicho: Emaam!...On son es dobbes? (¿Donde están los dineros que prometiste , sinvergüenza?).