REDACCIÓN. No se está recibiendo hasta el momento, ninguna información sobre los efectos que están sufriendo los museos y patrimonio artístico cultural de Sudán, desde el inicio de la guerra civil en este país el pasado 14 de abril.
Sudán cuenta con cinco museos de importancia situados fundamentalmente en su capital Jartum entre los que destaca el Museo Nacional de Sudán repleto de tesoros de arqueología nubia.
El alcance de los daños al museo aún no está claro, pero los principales profesionales de los museos en Sudán temen que la colección pueda ser objeto de saqueo.
El pasado 26 de abril, ICOM (comité internacional de museos) recibió un comunicado desesperado de Sara K.A. Saeed directora del Museo de Historia Natural de Sudán en Jartum. La profesora Saeed comunica que los museos de Jartum se hallan en plena zona de combates y bombardeos entre las facciones. "Los museos están sin vigilancia para protegerlos del saqueo y el vandalismo. A la luz del deterioro diario de la situación debido a la falta de alimentos y recursos vitales, los más débiles serán explotados para robar museos importantes y sacarlos de contrabando del país".
El museo es un objetivo físico anhelado por ambas partes ya que está dentro del llamado centro presidencial de la capital, pero está claro que ninguna de las facciones combatientes tiene en cuenta el valor patrimonial ni cultural del edificio y su contenido.
Sudán, uno de los países más grandes de África, está reconocido en el ámbito arqueológico por la abundancia de yacimientos, que ahora pueden verse amenazados por las repercusiones del conflicto, como el de Vieja Dongola, un rico emplazamiento del periodo cristiano sudanés, que se utiliza como refugio para familias que escapan de la violencia en Jartum.
Si bien estos sitios actualmente no parecen estar afectados por el conflicto, los arqueólogos de todo el mundo esperan que se sigan conservando aunque no ignoran y alertan que el saqueo de antigüedades prolifera en las zonas de guerra.
Sudán cuenta con 5 museos: Museo Nacional del Sudán, el Museo Etnográfico, el Museo Palacio de la República, todos ellos en Jartum. En la segunda ciudad del país Omdurman, se encuentra La Casa del Califa y en Kerma Albeled , el Museo de Kerma.
Más allá de los intereses auríferos de Rusia en este país, por cierto exento de restricciones, no hay que olvidar que el saqueo y expolio de los museos y el tráfico ilícito de los bienes culturales y artísticos del país, no sólo son una cuestión patrimonial, sino de financiación de las facciones e intensificación del conflicto.
Obviamente esta custión es menor, ante el drama humano que se vive en Sudán y se supone que la perdida del patrimonio de sus museos podría llegar a su totalidad ya que las infraestructuras y servicios museológicos son sumamente frágiles ante un tipo de conflicto de estas carácterísticas.