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Los museos alemanes intentan reconstruir sus colecciones anteriores al nazismo

Mujer de pie cubriéndose el rostro con ambas manos (1911) Egon Shiele, de nuevo en casa (Foto: © Museo Folkwang).

JORGE LLOPIS

En 1937 se retiraron más de 20.000 obras de arte degenerado en más de 100 museos alemanes.

Lunes 15 de mayo de 2023

Estas recuperaciones se llevan a cabo recomprando de nuevo las obras perdidas, reconstruyendo la historia de los museos, intentando completar sus colecciones originales.



Uno de los episodios más lamentables y dolorosos a para la sociedad alemana de los años 30, fue el proceso de nazificación que impregnó drásticamente y con precisión quirúrgica, cualquier aspecto de la vida social, política, cultural y artística.

Durante las primeras décadas del siglo XX , Alemania se había convertido en un importante centro de arte de las Vanguardias, destacando principalmente un movimiento propiamente alemán: el Expresionismo.

En septiembre de 1933, con el triunfo del partido nazi se estableció la Reichskulturkammer (Cámara de Cultura del Reich), a cargo de Joseph Goebbels que impuso un modelo artístico drástico y único que reflejaba el espíritu del nuevo régimen. La eliminación sistemática de cualquier presencia de arte "contaminado" por las influencias judías y marxistas llegó a las colecciones públicas alemanas, eliminando cualquier vestigio de ese arte considerado como "arte degenerado" o Entartete Kunst.

En 1937 Se incautaron más de 20.000 obras procedentes de más de 100 museos alemanes. Los museos fueron declarados "purificados" en 1938. Pocas piezas se quemaron o destruyeron más allá de las que sirvieron como elemento de propaganda en las famosas fotos de obras destruidas. Y tampoco se sabe que se destruyó en esas sesiones fotográficas y los museos alemanes perdieron irreversiblemente todas aquellas pinturas y obras de arte retiradas.

El Museo Folkwang de Essen compró a principios de este año una acuarela de Egon Schiele titulada "Mujer de pie cubriéndose el rostro con ambas manos" (1911) Se trata de una obra que ya había pertenecido a la colección del museo hace más de un siglo. De hecho este museo de Essen fue la pinacoteca con más obras del artista austriaco (14) a la muerte del artista en 1918.

El dibujo fue purgado en 1937 durante la "cruzada nazi" contra el Arte Degenerado (Entartete Kunst) decretada por Joseph Goebbels y Alfred Roseberg. Aquella confiscación estaba avalada por la ley que legitimaba las expropiaciones de los museos. El NS-Raubkunst, término que se usa en alemán para todo el arte robado por los nazis. Por lo tanto incluye el botín artístico de guerra, además de ser un término genérico para el robo por parte del estado alemán a su propia población y sus propias colecciones públicas.

El Museo Folkwang fue el museo alemán más afectado por el autoexpolio nazi: Se perdieron más de 1.400 obras de sus fondos en total, poniendo en peligro, incluso el futuro del museo después de la Segunda Guerra Mundial. Esta acuarela es la numero 25 que el museo ha podido recuperar, mediante recompra, gracias a la colaboración de un fondo creado por Walter y Liselotte Griese, para comprar arte expresionista.

La dispersión de las obras publicas alemanas fruto del NS-Raubkunst , así como de la apropiación posterior por parte de los gobiernos soviético como "compensación de guerra" y aliado como obras sospechosas de expolio privado "a revisar", fue enorme. Aparecían en el segundo mercado durante los años 60 en plena posguerra y con una Alemania dividida y sin plena capacidad operativa por los duros tratados de la rendición.

Coleccionistas y museos adquirían estas obras, sin que su procedencia estuviese clarificada y que con los años y de acuerdo con las legislaciones de cada país quedaban incorporadas legal y definitivamente a las colecciones públicas y privadas.

Solamente y al cabo de los años, algunas de las obras procedentes de manos privadas y una vez muerto el propietario, se han podido ir recuperando parcialmente, cuando los herederos las volvían a poner en venta.

Hay que tener en cuenta que antes de 1989, los museos de Alemania Oriental tenían pocas oportunidades de comprar arte en los mercados internacionales, por lo que han tenido que ponerse al día para llenar los vacíos dejados por las confiscaciones de arte "degeneradas".

Como explica el conservador del museo Tobias Burg recuperar obras perdidas, significa estar alerta a las oportunidades del mercado del arte "De vez en cuando, algo sale a la superficie. Hay que actuar con rapidez. Cada vez menos de estas obras están disponibles en el mercado. La mayoría están en museos".

RECUPERANDO OBRAS POCO A POCO

Cada año se anuncian nuevas adquisiciones por parte de los museos alemanes de obras que formaron parte de sus colecciones antes de 1937.

En 2016, las Colecciones Estatales de Arte de Dresde compraron una pintura de Ernst Ludwig Kirchner," Escena callejera frente a la peluquería" , confiscada de la Galería de Arte de la Ciudad.

En 2020 el Kunstmuseum Moritzburg de Halle recuperaron una acuarela de Kandinsky de 1925 y dos cuadros de Max Liebermann.

En 2021 la Kunsthalle Mannheim recompró una obra de Otto Mueller, "Desnudo femenino arrodillado" .

En 2022 el Kunstpalast de Düsseldorf volvió a adquirir Bodegón con lilas y anémonas de 1925 de Lovis Corinth , una de las últimas obras del artista, comprada por primera vez por el director del museo poco después de que fuera pintada.

Está claro que estas recompras son una minúscula parte de lo perdido, por lo que su recuperación tendría más un carácter simbólico que de auténtica restitución. No obstante el optimismo y esfuerzo de las instituciones alemanas y entidades privadas para continuar con este proceso no cesa en su empeño.

AYUDA PRIVADA

Desde luego estas readquisiciones no son asumibles por el estado alemán en su mayoría. La fundación Ernst von Siemens Kunststiftung al igual que la Fundación de Cultura de los Estados Federales de Alemania a menudo colaboran en estas recompras.

Martin Hoernes, secretario general de Ernst von Siemens Kunststiftung explica: A menudo financiamos un tercio del precio, pero nos gusta que el estado también contribuya". A veces, los museos buscan llenar los huecos en sus colecciones de arte de antes de la guerra con obras similares a las confiscadas, pero no idénticas "También ayudamos a llenar estos vacíos. Los museos alemanes perdieron su modernidad con las incautaciones. Recomprar el arte confiscado es recuperar una parte de su identidad" indica Martin Hoernes.

No todos los intentos de recuperación tienen éxito. La Kunsthalle de Mannheim, todavía lamenta un dibujo perdido de un desnudo de Oskar Kokoschka que se ofreció en Christie's en 2013. Después de una cuidadosa preparación para recaudar dinero, la Kunsthalle tuvo que abandonar cuando la oferta subió sustancialmente por encima de la estimación superior. "Duele cuando van a compradores anónimos y ya no sabemos dónde están", dice Thomas Köllhofer conservador de dibujo y obra gráfica del museo. Aún así, es optimista de que resurgirán a la venta más obras confiscadas, aunque estas serán predominantemente en papel. Las pinturas incautadas del museo de Mannheim se encuentran actualmente en museos o colecciones privadas de alto perfil.

"En muchos casos, sabemos dónde están, pero no podemos recuperarlos", dice Köllhofer. "Es doloroso ver estas obras en Nueva York o Basilea, pero también me hace sentir orgulloso de nuestros predecesores cuando veo la calidad de lo que compraron y las colecciones destacadas donde están ahora".

UNA LEY NAZI DE 1938, NO DEROGADA

Aunque no todos los intentos de recuperación han sido exitosos.¿Cómo es posible que todavía los museos alemanes no hayan podido recuperar esas obras perdidas? . Es paradójico, pero la Ley del 31 de mayo de 1938 de incautaciones y purga de Arte Degenerado (en alemán Raubkunst) promulgada por Joseph Goebbels, no ha sido derogada, y por tanto las confiscaciones siguen considerándose válidas. Consecuentemente los museos alemanes no tienen ningún derecho legal sobre el arte incautado, a pesar que muchas obras de entonces siguen circulando.

Gran parte de este arte degenerado se vendió en el extranjero, otras obras fueron directamente a las colecciones de importantes miembros del partido y del gobierno, que no le hacia ascos al llamado Entartete Kunst, como apunta Miguel Martorell Linares. Así a Joachim von Ribbentrop, le interesaba el Impresionismo, a Robert Ley, Matisse y Picasso. Arthur Seyß-Inquart no le hacía ascos al Expersionismo y a Josef Bürckel le apasionaban las Vanguardias rusas.

Los nazis tampoco tuvieron no tuvieron reparos en emplear a marchantes judíos como Cornelius Gürlitt, Ferdinand Möller, Bernard Böhmer y Karl Buchholz para vender obras de arte, ya fueran retiradas o confiscadas en Suiza y otros países como Estados Unidos y para financiar programas del régimen nazi.

Luego llegarían las reclamaciones de las familias alemanas y austriacas expoliadas por los nazis. Si bien en 1937 se vaciaron los museos de arte degenerado, también se incorporaron a estos museos las obras de arte afines o del gusto del régimen. Por supuesto en su papel de vencido , el estado alemán (occidental) tuvo que priorizar hasta el día de hoy, estas restituciones legitimas, viendo como sus obras originales se iban perdiendo en colecciones privadas fuera de su alcance.

Devolver y recuperar. Restituir y reconstruir. Un juego perverso del destino para los museos alemanes.

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