Desde hace ya unos meses se ha incrementado el número de robos en iglesias rurales, sobre todo en Galicia, donde las hay a patadas. De hecho según expertos, la concentración de Patrimonio Cultural en la región supondría casi el 60% del total de España. La explicación es fácil: El Camino de Santiago y todo lo que supuso hace doce siglos en el desarrollo económico y construcción de templos, ermitas, cruceiros, etc. a lo largo de su recorrido.
Los robos también tendrían una explicación. Antes cada Concello tenía su iglesia y párroco, Ahora hay menos párrocos y las iglesias se cierran.
Entre robos, expolios, intraexpolio y destrucciones la pérdida del patrimonio de la Iglesia en España es preocupante. Y vamos por partes.
Teniendo en cuenta que el principio es que estos bienes, no son de la iglesia sino del pueblo y Ella sólo los custodia, la Iglesia española es muy perezosa a la hora de inventariar y declarar lo que tiene, recibe y “pierde”.
La cuestión de los robos y expolio es una cuestión de dejadez, abandono y templos cerrados. En la pequeña iglesia francesa de Saint Blassie , cansados de que les robaran día sí y día también pusieron en marcha un sistema muy efectivo contra los cacos: Novenas de Rosario 24 horas. Lo que pasa es que en Francia las beatas son “profesionales”, mientras que la beata ibérica centra su actividad en corrillos, velatorios, panaderías y soportales. Nuestra beata es más callejera...
Queda lo otro, lo que la Iglesia no suele comentar pero que también ha supuesto una pérdida de este patrimonio de los feligreses. El Intraexpolio y la destrucción. Ambos son típicamente españoles.
Por Intraexpolio se considera lo que la iglesia ha vendido y cedido voluntariamente y que desde finales del siglo XIX y hasta casi finales del XX (70’s), sus asesores serían los únicos responsables.
Llegamos a la Destrucción patrimonial y con ello a nuestros carpetovetónicos Ecce Homos, ya que oficialmente, esta categoría empieza con el esperpento del Ecce Homo de Borja (2012), que es la inclasificable manía de “embellecer o restaurar” por la cara, sobre todo tallas y si son de antes del siglo XIV , mejor. que con el tiempo han perdido los colores…Por favor busquen en nuestro archivo por “Ecce Homo”. Prometemos incluir más…
Al final, todo se resume un una: ¿Cuánto de ese patrimonio está catalogado o simplemente inventariado? ¿Todo? ¿Joyas y donaciones incluídas?. Ya se imaginarán que desde luego no.
Recuerdo dos cajones de joyas. El de mi abuela, que fue menguando a medida que profundizaba en los misterios del bingo y el del despacho del Dean de la Catedral de León que tenía casi tres metros de largo y se llenaba como las ánforas de vino de las bodas de Canaá.
Hay un mosqueo generalizado con este tema. Repito que la Iglesia no es propietaria, sino custodia de estos bienes y por tanto, responsable. No logro entender con el inmenso patrimonio acumulado durante siglos, que el Estado no haya estipulado un tipo de protección patrimonial específico. Un BIC ECLECISACTICO, para entendernos y por otro, que la iglesia no disponga de un departamento propio de peritación de todos estos bienes.
¿De qué puede haber un millón de euros en los cepillos de la Catedral de Santiago o joyas por un valor de 7.000 € en la iglesia de Santa María de As Pontes, Diócesis de Mondoñedo (Ferrol, La Coruña)?
Ahora llámenme anticlerical y jacobino…