El detenido estaba borracho y como anteriormente ayudó a restaurar pinturas y aleros en templos de todo el país, consideró que las pinturas de las puertas del templo estaban sucias y por ello optó por el disolvente y productos de limpieza. Los "Ecce Homos" a la española, no conocen credos ni fronteras.
REDACCIÓN. El pasado 14 de agosto, un ciudadano español fue detenido por las fuerzas de seguridad de Taiwán. Se le acusa de provocar graves daños en las puertas de un templo histórico de la capital, Taipéi. Según su propia versión, frotó las puertas con productos de limpieza porque estaban en mal estado.
A las 2.00, se recibió un aviso a la policía sobre un posible acto de vandalismo en el templo Shilin Cixian. Al llegar al lugar, se encontró a un hombre frotando las puertas de madera con productos químicos, incluyendo disolvente, lo cual ya había comenzado a causar daños en la pintura.
Después de beber en casa, el sospechoso de 53 años afirmó a la policía que salió a la calle y notó que las puertas estaban en mal estado. Por lo tanto, decidió regresar con productos de limpieza.
El detenido ya había participado en la restauración de pinturas y aleros en templos de todo el país, el detenido, cuya identidad no ha trascendido.
"Es necesario que haya consecuencias legales", ha señalado el comisario Wang Sheng Chieh, al referirse al daño causado por el sospechoso en el templo histórico, destacando que lo hizo "sin motivo alguno". Las penas por vandalismo en Taiwán van desde seis meses hasta cinco años de cárcel y las multas pueden llegar a los 20 millones de dólares taiwaneses (aproximadamente 573.000 euros).
En 1796 se fundó el Templo Cixian, dedicado a la diosa del mar Matsu, y en 1864 fue trasladado a su ubicación actual. Las puertas dañadas del templo cuentan con una obra de arte pintada por el artista Chen Yu-feng en 1960.
Se desconocen los motivos del "restaurador" , pero teniendo en cuenta la secular tradición española de intervenir de manera espóntánea el patrimonio artístico por la cara, podríamos considerar que los "Ecce Homos" a la española, no conocen credos ni fronteras.