¿Cómo es posible que la Filatelia se haya convertido en uno de los coleccionismos de mayor aceptación? Sobre todo esto existe controversia, dado que es efectivamente uno de los coleccionismos del mundo que mayor cantidad de dinero mueve de una a otra parte del Planeta y aún hoy día se continúa manteniendo.
Muchos afectados por guerras han podido conservar parte de su capital huyendo hacia otros lugares y salvando parte de su patrimonio a través de los sellos de sus colecciones. Otros, por otra parte, han conseguido rehacerse económicamente vendiendo su colección en momento de crisis. No es oro todo lo que reluce en Filatelia, y muchas colecciones, aun siendo preciosas y relevantes cultural o históricamente, no reúnen un gran valor, mientras que son pocas las que alcanzan un verdadero carácter de “capital” de reserva.
Los inversores siempre dicen que no hay que tener todo el patrimonio en el mismo valor, y nuestros ahorros deben estar diversificados: una parte en dinero, otra en valores patrimoniales, como por ejemplo casas o propiedades, otras en oro o joyas, y hay otra parte que puede y debe acumularse en bienes de colección, tales como el arte o las antigüedades o la Filatelia y la Numismática.
Tuve ocasión de compartir con mi padre, profundo coleccionista filatélico desde la década de 1940 hasta su fallecimiento en 1991, uno de los mas avezados de España, y pude comprobar su entrega a la investigación y la cultura y al desarrollo constante de su colección filatélica. Mi padre fue además un profundo conocedor de la Historia, que cultivó, y coleccionaba también monedas y papel moneda.
Creo que existen varios elementos que justifican el crecimiento del coleccionismo filatélico sobre otros coleccionismos:
1.- La facilidad de su adquisición en los primeros momentos de su uso, todos procedentes del franqueo. Esto posibilitó que muy pronto, desde el primer lanzamiento de un sellos de correos en el Reino Unido en 1840, comenzaran a coleccionarse.
2.- La facilidad de su mantenimiento, entre hojas de papel y álbumes sencillos, sin grandes engorros.
3.- La variedad y belleza de las impresiones, inicialmente en huecograbado, procedente de múltiples países a los que solamente te podrías acercar por las estampitas de los sellos de correos.
Todo ello acrecentó la cultura y el conocimiento de mucha gente durante decenios, desde 1840, fecha de emisión del primer sello de Correos en Reino Unido, hasta nuestros días.
Los sellos de correos no solo son elementos funcionales para franquear el envío de cartas y paquetes, sino que también son valiosas piezas de historia y arte que reflejan la evolución de la sociedad, la tecnología y la cultura. Desde la primera emisión de sellos postales en 1840 en el Reino Unido hasta la década de 1870, se llevaron a cabo una serie de cambios y desarrollos significativos en el mundo de los sellos de correos.
En este artículo, exploraremos las emisiones de sellos de correos desde 1849 hasta 1870, destacando su importancia histórica y su impacto en la comunicación y el coleccionismo.
Los inicios de la Emisión de Sellos
La historia de los sellos postales se remonta a 1840, cuando el Reino Unido emitió el famoso "Penny Black", el primer sello postal del mundo. Sin embargo, no fue hasta finales de la década de 1840 y principios de la década de 1850 que otros países comenzaron a seguir este ejemplo y emitieron sus propios sellos postales. Esta era marcó el comienzo de una nueva forma de administrar los sistemas postales y la comunicación a nivel internacional. En España el primer sello de correos se puso en circulación en 1850.
Los Sobres Mulready: una breve mirada a la Historia Postal y el arte Phil Mulready
En el mundo de la filatelia, los Sobres Mulready ocupan un lugar especial como una pieza histórica y artística que une la correspondencia postal con el mundo del arte. Diseñados por el artista británico William Mulready a principios del siglo XIX, estos sobres son una muestra de cómo la creatividad puede fusionarse con la funcionalidad en objetos cotidianos y se convirtieron en un precedente del sello de correos, una especie de sobre “entero postal”, que permitía escribir la carta y enviarla franqueada en el mismo sobre. Los sobres eran en sí mismos una innovación, pues hasta entonces el porte de correo tomaba en cuenta el número de pliegos que se enviaban, por lo que se prefería doblar la hoja y colocar en ella la dirección, lo que evitaba pagar un valor adicional por un pliego extra: el sobre. Los sobres de Mulready se hicieron en dos formatos, el primero una esquela y el segundo un pliego rectangular que se doblaba para convertirlo en sobre.
En 1840, Gran Bretaña se convirtió en el primer país en emitir un sello postal prepagado, conocido como el Penny Black. Este sello revolucionó la forma en que se enviaba el correo al eliminar la necesidad de que el destinatario pagara por el envío. Con la introducción del sello postal, también se buscó crear un sobre que llevara un diseño artístico y que incorporara la estampilla, y así nacieron los Sobres Mulready.
El diseño de William Mulready
El artista William Mulready fue comisionado para diseñar los sobres. Su diseño presentaba una escena alegórica en el frente del sobre, mientras que el reverso llevaba una disposición donde se debía pegar la estampilla y escribir la dirección. La escena frontal mostraba a una familia rodeada de símbolos de comunicación y progreso, encapsulando la idea de que la comunicación a través del correo unía a las personas y sociedades.
Aunque los Sobres Mulready eran innovadores en términos de diseño y concepto, no fueron bien recibidos por el público en general. Muchos consideraron que el diseño era demasiado elaborado y no se ajustaba a la seriedad de la correspondencia, a parte de despersonalizaría al hacerla uniforme, lo que llevó a su fracaso comercial. Además, algunos empresarios de la época vieron la oportunidad de imprimir publicidad en los sobres, lo que desvirtuó aún más su propósito original.
A pesar de su breve existencia en el mundo postal, los Sobres Mulready dejaron un legado duradero en la filatelia y el arte. Aunque fueron retirados de circulación después de solo unos meses, se convirtieron en objetos de colección altamente valorados. Su diseño único y la fusión de arte y correo postal los hicieron destacar como una manifestación de la creatividad en un contexto inusual.
Los Sobres Mulready son un recordatorio tangible de cómo el arte puede entrelazarse con la vida cotidiana de maneras sorprendentes. Aunque no cumplieron su propósito original como sobres postales, su legado perdura en las colecciones de filatelistas y en la historia de la comunicación. Estos sobres nos recuerdan que incluso los intentos menos exitosos pueden tener un valor perdurable en términos de historia, arte y creatividad. Y una reinterpretación posterior fueron los sobres Entero Postales, aún en circulación en muchas partes del mundo.
Primeras emisiones postales del mundo
En Estados Unidos, la emisión de sellos postales comenzó en 1847 con la serie conocida como "Issue of 1847". Estos sellos, con retratos de Benjamin Franklin y George Washington, se convirtieron rápidamente en objetos codiciados por los coleccionistas y son considerados tesoros en el mundo de la filatelia.
En Francia, la década de 1840 también fue testigo de la introducción de sellos postales. La famosa serie "Cérès" emitida en 1849 presentaba el retrato de Ceres, la diosa romana de la agricultura, y marcó el inicio de una larga tradición de diseños artísticos en los sellos franceses.
Avances tecnológicos y cambios en el diseño
A medida que avanzaba la década de 1850, las emisiones de sellos de correos comenzaron a reflejar no solo figuras históricas y alegorías, sino también avances tecnológicos y eventos importantes. La serie "Victoria" emitida en el Imperio Británico a mediados de la década de 1850, por ejemplo, mostraba el perfil de la Reina Victoria y también incorporaba innovaciones de impresión.
El primer sello fue emitido en 1850 y reproducía la imagen de la reina gobernante en esa época, Isabel II. Desde entonces España ha contado con una larga, abundante e interesante historia de sellos postales.
Los primeros sellos postales fueron emitidos el 1 de enero de 1850 por Correos de España y reproducían la efigie de la reina Isabel II; se trata de cinco sellos con diferentes valores faciales: 6 cuartos de real en color negro, 12 cuartos en color lila, 5 reales en color rojo, 6 reales en color azul y 10 reales en color verde. La efigie de la reina se convierte así en la imagen de la serie básica de Correos en aquella época, y es el único motivo usado en los tres primeros años. En total son 80 sellos, emitidos entre 1850 y 1868, los que presentan su imagen.
Para la estampación del 6 CUARTOS se utilizaron dos planchas distintas: la primera con 24 tipos diferentes (6 x 4) en los que las letras "T" y "O" de la palabra CUARTOS están separadas, y la segunda, con 40 tipos (8 x 5), en las que la "T" y la "O" están ligeramente unidas. Curiosamente, de las falsificaciones que se hicieron del 6 CUARTOS, solo queda una sin matasellar (que se sepa) y tiene un altísimo valor, ya que constituye una verdadera rareza.
Desarrollo a partir de 1860
La década de 1860 fue testigo de un aumento en la emisión de sellos postales en todo el mundo. Los Estados alemanes unificados emitieron sellos con la inscripción "Deutsches Reich" a partir de 1871, marcando una nueva era en la comunicación en un país recién unificado. Japón también emitió sus primeros sellos postales durante esta década, reflejando su apertura al mundo después de siglos de aislamiento.
El camino hacia la Unificación Postal
A medida que avanzaba la década de 1860, comenzaron a surgir conversaciones sobre la necesidad de establecer acuerdos internacionales para unificar y estandarizar los sistemas postales. Estas discusiones sentaron las bases para la creación de la Unión Postal Universal en 1874, que tenía como objetivo establecer reglas y tarifas internacionales para el envío de correspondencia, especialmente de país a país.
Las emisiones de sellos de correos desde 1849 hasta 1870 son un testimonio de la evolución de la comunicación y la sociedad. Estos sellos no solo facilitaron la transmisión de correspondencia, sino que también se convirtieron en objetos de coleccionismo y expresiones artísticas, además de testimonio de diferentes avances en técnicas de estimación y lucha contra la falsificación, ya que el sello de correos representa en realidad la tasa por un servicio oficial por el que abonamos una cantidad.
Cada sello contaba una historia, ya fuera a través de la imagen de un líder histórico, un símbolo nacional o un avance tecnológico. A medida que el mundo avanzaba hacia una mayor conectividad, los sellos postales jugaron un papel fundamental en la configuración de las comunicaciones modernas.
José Luís Barceló es Perito Judicial en Numismática y Filatelia y CEO de Tasaciones Filatélicas.com