Editorial

Un español disecado continua en un museo francés ¿Qué hacemos ministro Urtasun?

EDITORIAL

Viernes 23 de febrero de 2024

No es cuestión de hacer sangre. El muchacho ha llegado hace poco, y quiere titulares. ¡Oye, pues no lo ha hecho tan mal!, Objetivo conseguido. Me recuerda a los Ecocretinos a los que les hicimos la campaña gratis con sus ataque vandálicos con sopas y SuperGlue. Como digo, no es cuestión de que el nuevo titular de Cultura se nos achante, a ver si se “corta” y se nos acaba la diversión.

Ahora lo que me preocupa es otra cuestión.

Hace unos días se publicó en estas páginas que en el Museo d’Allard, en el departamento de Montbrison, conserva entre sus fondos a un español disecado.

La información yo la conocía desde hace años pero pensaba que el asunto no era otra cosa que un bulo bizarro, pero la encontré de nuevo en el blog Taxidermidades, muy recomendable para comprender esta disciplina de disecar animales y facilitar así su exposición, estudio y conservación y su implicación en la museística moderna ilustrada.

El pobre diablo fue uno de los 1.600 prisioneros de guerra que se llevó Napoleón a Francia en 1812 obsesionado en que se convirtieran en “quintacolumnistas”. El barón Jean-Baptiste d’Allard para la construcción de su mansión particular consiguió que le cediera a varios de ellos como obreros de la construcción.

La cuestión es que uno de ellos (sólo se sabe que era herrero) se quedó allí y en 1825 murió “eventualmente”. El señor barón, hombre ilustrado y fruto de su época, vio la oportunidad y no le ocurrió nada más adecuado y científico, que hacer disecar al herrero español, vestidito con su mandil de cuero gremial para que formase parte de su colección del gabinete de curiosidades que posteriormente configuraría el Museo d’Allard.

El prisionero de guerra español, permaneció expuesto hasta el año 2000 y posteriormente prestado al Museo de Historia de Nuechatel, Suiza para participar en una exposición. Luego volvió a Montbrison donde se conserva en los depósitos del museo. El museo esta en el número 13 del Boulevard de la Prefecture en Montbrison y el herrero español disecado, también. Lo digo para que les sirva de ayuda…

Es importante distinguir entre coleccionar momias y la Antropotaxidermia. No es lo mismo. El interés por los ritos funerarios de las antiguas civilizaciones tendría un motivo histórico y antropológico y lo otro, lo de disecar humanos y vestirlos en plan Nancy, no se como definirlo, más allá de que fue la sublimación coleccionista con una justificación pseudocientífica de un momento la historia reciente. Por supuesto los nazis hicieron los mismo con todo lo que no era ario y campaba por sus “campos” y el Museo de Historia Natural de Nueva York tiene a más de 12.000 cadáveres en sus fondos.

Para ser justos he de aclarar que en España también tuvimos cierta afición por tener seres humanos disecados como culmen de la ciencia antropológica de finales de siglo XIX. Uno de ellos fue el famoso Negro de Banyoles, que estaba en el Museo Darder de la misma localidad y devuelto incorrectamente a Bortsuana en vez de a Sudáfrica en el 2000 y anteriormente en el Museo Anatómico Patologico del Dr. Velasco, en la c/ Atocha de Madrid tuvimos a Agustín Luengo, “El Gigante Extremeño” y que al medir 2,80 m se consideró una curiosidad a conservar para la posteridad para generaciones venideras, eso si, con la aprobación de su desconsolada madre para que “sirviera para estudios anatómicos”. No se sabe si se compensó económicamente por ello a la familia o no tenían un nicho lo suficientemente grande.

Con el bigardo extremeño se exhibían a una mujer africana “La Venus Hotentota Joven” y otro africano. Al cierre del museo en 1895 las piezas se dispersaron por los museos Arqueológico, Antropológico y de Ciencias Naturales. Para mi que los incineraron allá por los años 80, pero vete tu a saber.

No sé si las competencias del señor Urtasun abarcan las cuestiones de los museos de ciencias naturales o si esto de la antropotaxidermia no está en su “relato” de la descolonización o lo que se les ocurra, pero lo de un españolito momificado y todavía en un museo francés es algo que se debería solucionar, digo yo, antes de empezar a vaciar nuestros museos, aunque comprendería que la cuestión de la repatriación del cadáver de un español, a los del Trío de la Benzina Cultural (Urtasun, Martí y Pisarello ) a lo mejor “les viene grande” o vete tu a saber si lo de la Guerra de Independencia contra el francés les parece algo de la Fachoesfera.

Algunos dirán que si no se sabe quien es ni de donde era exactamente nuestro herrero ¿Dónde se le entierra? Tengo una sugerencia. El pobre disecado como ha estado ya en un museo y en una exposición, tiene suficiente provenance y recorrido expositivo para meterlo en el Panteón de Hombres Ilustres o al menos en el Cementerio de la Florida, que oficialmente es el de los fusilados de Goya y también son anónimos.

Y como los del IPCE puede que digan que tampoco es de su competencia, vamos a lanzar la propuesta de repatriación de nuestro compatriota disecado, a la titular de dichos panteones que es doña Isabel Ayuso, otro animal mediático y que por montar bulla tampoco se corta.

Las comparaciones son odiosas, ya lo sé, pero la cuestión es posar fil a l’agulla i fer feina, collons!. Como los del Trío de la Benzina Cultural son de Barcelona, como yo, supongo que me entenderán.

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