Independientemente de la suerte de que el desplome del retablo no haya causado daños personales, no deja de ser una deplorable muestra de dejación y abandono por parte de los responsables o custodios de esta obra del siglo XVIII.
REDACCIÓN. Según informa LA RIOJA, el pasado 26 de marzo, el retablo mayor de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Villaverde de Rioja ha sufrido un derrumbe este martes. Según informa la Diócesis, «en la tarde de ayer, el párroco y feligreses de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Villaverde de Rioja se acercaron a preparar el templo para las celebraciones de Semana Santa y encontraron el retablo mayor de la parroquia, obra del siglo XVIII, compuesto por tres calles y ático, hundido a causa de un ataque de termitas, que no era perceptible en la parte exterior del mismo».
También se cuenta que «en la celebración del Domingo de Ramos no se apreció ningún problema y trascurrió con normalidad». Afortunadamente, el derrumbe se produjo cuando el templo estaba vacío y por ello no ha habido que lamentar daños personales.
En este momento, el templo puede ser utilizado sin ningún riesgo y las celebraciones de Semana Santa van a celebrarse de en la forma habitual.
Las cuatro imágenes del retablo no han sufrido grandes desperfectos, pero si la estructura.
La delegación de Patrimonio de la Diócesis ha encargado al taller de restauración diocesano una visita, que se está realizando este miércoles, y tras la cual elaborarán un informe para valorar los desperfectos y las posibles soluciones.
La Diócesis, junto con las autoridades civiles, tratará de recuperar todo lo posible de este conjunto artístico. También se realizará un estudio sobre ataques de xilófagos en el resto de las obras artísticas de la Iglesia, y se tomarán las medidas necesarias para paliarlo.
Independientemente de la suerte de que el desplome del retablo no haya causado daños personales, no deja de ser una deplorable muestra de dejación y abandono por parte de los responsables o custodios de esta obra del siglo XVIII.