Las grandes marujas del mundo de los medios especializados en arte están muy revolucionadas últimamente. En breve el joven Iñigo Philbrick estará de nuevo en la calle y promete volver al mundo del arte.
¿Quién es Iñigo Philbrick ? Un estafador. A ver, tampoco nos referimos a un genio del mal. Con otro colega, Rob Newland, pegaron “un palo” a base de reventas de obras que no tenían en su poder por valor de 70 millones de euros. En Pecados del Arte se habló de ello hace unos meses.
¿Cómo lo pillaron? Más adelante les daré mi opinión, pero la cuestión es que los medios especializados, se preguntan si se debe permitir que el muchacho vuelva a trabajar en el mercadillo. Los mismos medios que declararon su admiración por aquel niño prodigio -marchante, ejemplo de éxito fulgurante en el mercado del arte.
La hipocresía mediática artística es de parvulario. Viven en una permanente fascinación por el marchante de éxito en un sector en el que no hay ningún tipo de regulación profesional o corporativa, y lo único que sigue importando es la opacidad por la que discurren sus protagonistas, compradores, propietarios y marchantes.
Obviamente cuando no hay reglas ni árbitros, ésto se convierte en una casa de putas. Bueno no, en un burdel manda la Madamme. El mercado del arte se rige por un supuesto reglamento del siglo XIX de Pacto entre Caballeros y el binomio caballero y dinero, es tan delirante e ignoto como el de politico y servicio publico.
La estafa está ligada intrínsecamente al arte. Es más, no se entiende uno sin el otro. Es un riesgo asumido por el mercado. El verdadero drama está en que se descubra el pufo. Por eso, es grotesco que las que encumbraron al muchacho, que ya apuntaba maneras, ahora se rasguen las vestiduras.
En este caso, el escándalo se ha hecho público y el riesgo del descrédito se extiende como una mancha de aceite. Y aquí enlazo con mi opinión de como pillaron a Iñigo Philbrick y que creo , todo apunta a una venganza o “mano negra” como cuando salieron las fotos de Marta Chavarri sin braguitas casi un año después de ser Lady España y liarse con uno de los Albertos, y joder la operación del Banco Central Banesto a Mario Conde.
Hay otro riesgo mayor, y es que se descubra quien participado, porque les seguro que el muchacho es demasiado joven para haber hecho el cafre en solitario y sin la bendición de alguno de los grandes marchantes.
No creo que Iñigo Philbrick vuelva a vender ni un grabado de Dalí. Primero porque ya se sabe quien es. Como este bazar del arte es tan Cool, incluso lo contratarán de RRPP en alguna galería de Londres en plan mono de feria, porque el mundo del arte es así de cretino. Seguramente Netflix hará el BioPic y PenguinHouse el libro, y vivirá de las entrevistas que es de lo que viven los estafadores que salen en VANITY FAIR. No me extrañaría volverlo a ver este verano paseándose por Mallorca…
Iñigo Philbrick tiene información: Quienes compran en B, qué marchantes participan, dónde y cómo se vende. Eso se paga bien. Aunque lo que mejor se cotiza es el silencio. El chico es arrogante y codicioso y desgraciadamente su anuncio de que volverá al mundo del arte, para algunos es una amenaza y eso normalmente termina un día, apareciendo carbonizado en su coche, como aviso para navegantes.
El caso de Iñigo Philbrick es un daño controlado, una baja necesaria para renovar la plantilla de estafadores y dejar sitio a otros nuevos y una advertencia para advenedizos codiciosos.
Les prometo que cuando se publique la necrológica de Iñigo Philbrick , lo haré saber.