“Gustará menos o no la facha de la Meloni, pero la verdad es que las medidas que está tomando el gobierno italiano en cuestiones de patrimonio son envidiables”.
Esto no lo digo yo, sino expertos y pesebreros de nuestro Instituto de Patrimonio. Lo escuché el otro día después de una conferencia “poniendo la oreja”, ya que abiertamente se me ha negado el saludo, el pan y sal, cosa que me alegra, y porque eso significa que Pecados del Arte, molesta, cosa que enorgullece.
Yo ni quito ni pongo. Al ministro italiano de Cultura, Gennaro Sangiuliano, que por cierto se parece mucho a mi abogado, no sólo le importa un bledo reconocer que la gestión de los eventos nacionales relacionados con el ramo deben estar dirigidos por cargos de confianza del gobierno, sino que además es efectivo con las medidas para la defensa y protección del patrimonio italiano y lo del Secretario de Estado de Cultura ese que tenían mangoneando obras de arte, se la sopla.
Lo primero tiene su lógica. No puedes permitir que un festival internacional que lo financia el Estado te lo boicotee la competencia parlamentaria. Sería como aquello de que encima pones la cama. En cuanto a lo del Secretario de Estado golfo ¿Vamos a dar nosotros lecciones de decencia con ex ministros y Presidentas del Congreso colocando mascarillas chungas?.
Como se ha demostrado, la izquierda en Italia ya no sólo no duda en descalificar a quien paga la fiesta, sino que además programa actuaciones totalmente contrarias a los valores que propugna quien gobierna. Se siente. Es lo malo de que la Cultura se haya convertido en Propaganda y se les paga con la misma moneda y al final la Chacha sale respondona. Los italianos lo tienen claro: Si la cultura es propaganda pongo a uno de los míos que saben lo que tiene que contar, faltaría más.
En Italia no se están para leches con el asunto del Patrimonio. Hace un año, Sangiuliano dijo basta al vandalismo. Multas de entre 10.000 y 60.000 € y hasta 6 años de talego para los creativos que toquen o pintarrajeen “algo” considerado patrimonio histórico.
Recientemente les ha dicho a los museos americanos que si no devuelven lo que se les robo, expolio, etc., les va a prestar algo de sus museos su puta madre. El primero en sufrirlo ha sido el Museo de Arte de Mineapolis que está haciéndose el longuis con una estatua robada en Pompeya en los 70, pero como la medida ha sentado bien entre la opinión publica italiana , que se vayan preparando el resto.
Alguno ha dicho que este egoísmo cultural no debe permitirse porque el Patrimonio Cultural es universal. Hombre, primero es de los ciudadanos del país que también son universales, y luego ya veremos.
“Comparar es odioso ya lo sé. Uno es de derechas, el otro comunista. Uno es gordo y con cara de pedante y el otro un chico con cara de malote y guay. A uno lo pusieron porque tenía una demostrada trayectoria intelectual y cultural, y el otro, ni se entera de que va esto. Sólo ha venido para cubrir la cuota. Uno protege el patrimonio y el otro…! En fin para que seguir!...”
Esto último, tampoco es mío, sino de otro de los invitados a la conferencia y con cargo en el IPCE.
Yo seguí a lo mío: Croquetas veganas y algas, y pensando ¡Qué cosa más mala es la envidia, cojones!