Rachida Dati, ministra de Cultura de Francia está hasta el Chignon (o moño). Los EcoIdiotas se han acostumbrado ha perpetrar sus gilipolleces en los museos franceses. El último fue un Monet. Al menos, cuando escribí estas líneas.
Grupos radicales que emplean el ecologismo, nutrición, feminismo o cualquier otra ocurrencia, como causa recurrente, se han afincado en Francia actuando en sus museos nacionales de manera sorpresiva, circunstancia que a los franceses les empieza resultar molesto y cansino.
Pensar que el radicalismo es patrimonio de la adolescencia mal llevada y con traumas de identidad es un error. Hace unos días unas Ecoyayas se liaron a martillazos en Inglaterra aporreando la urna que contiene la Carta Magna. Iban con camiseta, recuerdo inequívoco de sus Fiestas de la Espuma de su juventud en Punta Ballena. Enternecedor. Una de ellas es Reverenda Pastora de la Iglesia Anglicana y con más antecedentes que el Torete. Para que te fíes…
El hartazgo de las autoridades museísticas del país vecino ha llegado al límite. Hace unas semanas, se anunciaba que se iba a trasladar a la Gioconda a un sótano para organizar su visita. Como los franceses son muy diplomáticos argumentaron que era para evitar masificaciones, y que por otra parte es una vergüenza.
Yo intenté verla hace treinta años. Cuando llegué a la sala y ví que aquello se parecía y olía como la plaza Consistorial de Pamplona el 7 de julio, me escapé a comer un Kebab, que si bien apestaba igual, por lo menos alimentaba y se adaptaba a mi economía estudiantil.
Pero esa es la versión oficial. En realidad van a poner a la Mona Lisa en un bunker porque ya están hartos que día si y día también, cualquier gilipollas vaya a comprobar la resistencia del cristal que protege el cuadro.
No se olviden que además del delito que supone atentar contra el Patrimonio artístico, está la cuestión de la seguridad y pasar de la aglomeración a la histeria del tumulto hay sólo un paso. La masa es torpe, y enloquecida: Arrasa con niños, minusválidos y críticos de arte. Habría que ver que seguro pagaría las lesiones, si el del museo o el de la organización Ecofacha.
Hay una tercera cuestión que pasa desapercibida. Montar una performance reivindicativo-política tiene un procedimiento administrativo. Se solicita permiso a la autoridad para realizarla y si te lo conceden, adelante y sino, se considera no autorizada y por tanto ilegal. Esto en la calle significa que habrá presencia policial velando por la seguridad. Es normal que los antisistemas no quieran sentirse amparados por la policía, así que piensan que liarla en un espacio publico y cerrado es mejor, lo que supone otro error y que probablemente también le toca las narices a la ministra Dati.
¿Las salas de los museos se alquilan? Digo yo que si, porque el Louvre saca dinero de debajo de las piedras y por tanto, no pagar por el alquiler del espacio y hacer el memo con cámaras gratis, es un ingreso que se pierde. No mucho, pero si sumas el alquiler por hacer el gilipollas con el Monet, La Mona Lisa, Van Gogh la cosa ya sumaría un pico. Tacita a tacita y sin pagar.
Si yo fuera EcoCretino en Francia, me preocuparía. La ministra francesa ha dicho basta y ha empezado a difundir por las redes sociales el mensaje “!Deben parar!”, lo que para cualquiera que lo quiera entender, sería el primer aviso. Dicen que los franceses con el segundo, ya suelen tener a los antidisturbios calentitos y no esperan al tercer aviso: Sueltan a los morlacos. La Justicia francesa no se suele andar con chiquitas. Si la cosa prospera ya no será el inspector Clouseau y el agente Dodo de la Gendamerie quienes acudirán a detener a los Ecoidiotas , sino la Police Nationale, y ya aviso que éstos tienen la mano suelta y no se cortan un pelo.
Los italianos ya empezaron el año pasado con un cambio en el código penal para este tipo de delitos, lo que pasa es que como siempre a los italianos no les cree nadie, pero yo por si acaso no recomendaría hacer el imbécil. Sangiuliano se parece a mi abogado que tiene la misma cara de bonachón hijoputa.
Por tanto a la multa por el delito, el coste de la reparación, el lucro cesante por cerrar la sala de manera preventiva, además añadiría el lucro cesante por alquiler de la sala. Ahí si que duele de verdad.
Pidan presupuesto para montar un cóctel en el Prado (con ministro monigote o no, es optativo) y ya verán del rejón que hablo. Económico, que de los otros ya sabe el muchacho…