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LANZAMIENTO EDITORIAL

"Ladrones de Libros" o el porqué del expolio de bibliotecas

Saqueo de la biblioteca del doctor Magnus Hirschfeld.
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Saqueo de la biblioteca del doctor Magnus Hirschfeld.

El expolio de libros es especialmente pérfido, inhumano y represor ya que no persigue únicamente el beneficio económico, sino la anulación cultural del pueblo saqueado.

domingo 02 de octubre de 2022, 21:50h
'Ladrones de Libros' Anders Rydel. Desperta Ferro Ediciones
"Ladrones de Libros" Anders Rydel. Desperta Ferro Ediciones (Foto: ©Desperta Ferro Ed.)
Se calcula que todavía hay más de 200.000 libros saqueados durante el expolio nazi que o bien se destruyeron o bien se dispersaron por bibliotecas y museos de todo el mundo.

REDACCIÓN- “Desperta Ferro Ediciones”, acaba de lanzar el libro Ladrones de Libros del autor sueco Anders Rydel. Un ensayo de investigación histórica sobre el expolio nazi contra las bibliotecas.

La cuestión del expolio literario respecto al expolio artístico quizás ha pasado menos desapercibido pero no por ello es menos importante. Actualmente se calcula que sólo en las bibliotecas francesas todavía restan más de 20.000 libros por devolver a sus propietarios.

Se expoliaron bibliotecas de judíos, comunistas, políticos liberales, activistas por los derechos civiles (por ejemplo homosexuales), católicos, masones y de cualquiera que entrara en la larga lista de enemigos del régimen. También se robaron escritos antiguos por su importante valor económico.

En Pecados del Arte, se ha abordado la devolución de 5 libros de los 1.200 que componían la biblioteca del político francés George Mandel, algo que sólo puede considerarse como simbólico.

La restitución de libros expoliados es especialmente compleja, “a veces imposible” declara David Zivie, del Ministerio de Cultura francés. La ausencia de marcas de propiedad (exlibiris) o dedicatorias imposibilitan crear una trazabilidad de propiedad de los libros. Las bibliotecas privadas importantes podían tener una catalogación de sus anaqueles, pero esa documentación o bien desapareció desde el principio del expolio, durante la guerra o se puede encontrar casualmente en archivos que se estudian pacientemente.

Tampoco hay que olvidar que muchos libros fueron destruidos de manera intencionada o accidental.

En el caso de los libros valiosos fueron tratados con obras de arte y su dispersión fue mercantil y se vendieron a coleccionistas particulares, circunstancia que hace todavía más difícil su localización, ya que el comercialización de libros ha tenido en un pasado reciente un circuito muy especializado especialmente discreto como publicamos recientemente.

El expolio literario nazi según Rydel tenía un doble objetivo: Privar a los enemigos del régimen de sus libros, sus bibliotecas, archivos y conocimientos es una forma de quebrantar su espíritu y privarlos de la civilización, en cierto sentido, de su humanidad. En segundo lugar y con el tiempo, querían reescribir la historia, cambiar la narrativa global: cómo vemos la historia occidental desde Roma hasta hoy. Para ellos la historia era una lucha entre razas, especialmente entre alemanes y judíos.

El autor en su libro quiere enfatizar que el expolio literario no fue puramente destructivo por parte de los, sino que formó parte de un minucioso y estudiado proceso de asimilación de conceptos para combatir mejor al enemigo capitaneado por Adolf Himmler y Alfred Rosemberg. En este sentido Anders Rydel añade:

“Dentro del movimiento nazi había muchas ideas diferentes que existían al mismo tiempo y, a menudo, chocaban. Había nazis liberales, nazis modernos, pero también nazis. Tanto Rosenberg como Himmler eran ideólogos con diferentes visiones del futuro nazi. Himmler quería crear un estado dentro del Estado en torno a sus SS: se sentía atraído por lo místico y temas como la brujería, la alquimia y lo sobrenatural. Su organización saqueó una gran cantidad de este tipo de literatura, principalmente de las logias masónicas de Europa, con fines de investigación. De otra manera, la organización de Himmler también fue muy práctica, su tarea era lidiar con el enemigo del nazismo tanto interior como exterior. Para ello conformaron una gran biblioteca, “la biblioteca de sus enemigos”, con el objetivo de estudiarlos y comprenderlos.

La visión de Alfred Rosenberg estaba más enfocada en el futuro de la ideología nazi y tenía la idea de que para construir un imperio que durara mil años necesitaban crear instituciones: universidades, escuelas e institutos que se erigieran alrededor de su ideología rígida. Quería crear un nuevo orden mundial y vio la educación y la investigación como elementos clave para conseguirlo”.

El nazismo tuvo entre sus mayores apoyos a profesores, estudiantes y maestros. La educación no parece ser una vacuna automática contra el fascismo y los ideales autoritarios. Es triste darse cuenta de eso, y creo que esa es la razón por la que a menudo nos gusta ver a los nazis como brutos sin educación.”

Uno de los objetivos del autor sueco era poder devolver los libros a los descendientes de los propietarios, algo que pudo hace con Christine Ellse, la heredera de un hombre asesinado en el Holocausto, Richard Kobrak. “Para mí fue el final de una búsqueda de varios años, para ella fue un momento extremadamente importante. No tenía nada de su abuelo, que murió en el Holocausto. Ni siquiera una tumba a la que ir. Para ella, en cierto modo, su abuelo era solo una historia del pasado. Este pequeño libro que le entregué le mostró por primera vez que él era real: tocó algo que había sido suyo. El libro se convirtió en una especie de tótem que la transportó en el tiempo y le permitió hacer las paces con su pasado”, relata.

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