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EDITORIAL

Negligencia tal vez. Malicia ninguna

Jorge Llopis Planas, Director de Pecados del Arte

jueves 07 de julio de 2022, 19:38h
En 1994 Stephanie Clegg pagó en Sotheby’s 90,000 dólares por un dibujo (guasche) “Le couple au bouquet de fleurs" firmado Marc Chagall. En 2008 la misma casa de subastas volvió a tasar la obra en 100.000 dólares y no planteó ninguna duda sobre su atribución. Así, en 2020 la Sra. Clegg quiso vender obras de su colección y Sotheby's le sugirió que podría ser un buen momento para subastar su Chagall.
No obstante Sotheby’s advirtió a la propietaria que en esta ocasión tendría que enviar la obra a Francia para que el Comité Chagall lo autentificara. Sotheby's describió esta revisión como una formalidad, decidiendo que no tenía motivos para preocuparse. Después de todo, Sotheby’s había vendido la obra como un Chagall. Es más, la casa de subastas por carta, aseguró que el comité rara vez incautaba obras y que “se realizaría una investigación adicional antes de enviar la pintura al comité”. Está claro que no lo hizo.
Para consternación de la Sra. Clegg, finalmente el comité del artista en París declaró que su Chagall era falso. Por tanto y de acuerdo con la ley francesa retendría el cuadro a la espera de ser destruido.
La Sra. Clegg se quejó a Sotheby's, “Confié en ellos durante todos esos años. Se suponía que eran expertos acreditados y confié en su experiencia”.
Sotheby’s se excusó aduciendo que su garantía de autenticidad era válida solo por un tiempo (5 años). Y “Dado que la venta inicial tuvo lugar hace más de veinte años, estamos muy lejos del período de tiempo durante el cual Sotheby's garantizó la autoría de la obra”, explicó un ejecutivo de la casa de subastas a la Sra. Clegg en una carta de 2020.
Además, los abogados de Sotheby's argumentaron que el Comité Chagall no había comenzado a emitir certificados de autenticidad con regularidad hasta finales de la década de 1990, lo que daría a entender que la casa de subastas tampoco había tenido la certeza de originalidad de la obra cuando la vendió en 1994.
Hasta aquí se podría entender que Sotheby’s no acepte reclamaciones de una venta realizada en 1994 cuando el comité Chagall no emitía certificados, pero no se olvide que 2008 la casa de subastas realizó una segunda tasación y entonces el comité ya si emitía su veredicto. ¿Cómo pudo Sotheby's tasar la obra sin necesidad de autentificarla? ¿No se cercioraron tampoco entonces?. Esta claro que no.
Sinceramente, cuando me entero de estas actuaciones de las prestigiosas salas de subasta, no puedo sino recordar la célebre frase del Marqués de Leguineche en “Patrimonio Nacionalde Luis García Berlanga cuando increpado por los funcionarios de Hacienda por sus continuas irregularidades con el fisco durante más de 40 años, responde ingenuamente pero con total seguridad: “Negligencia tal vez, malicia ninguna”. Una genialidad de aquel aristócrata, pero que era sinvergüenza sin paliativos.
Y advierto que no será la última vez que la emplee la frase
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