Este caso pondría en evidencia dos cuestiones: las medidas de seguridad de las galerías en esposiciones multitudinarias y por otro lado que los padres tomen conciencia que este tipo de espacios no son ludotecas inantiles.
REDACCIÓN, según informa NUOVA VENEZIA, El pasado 1 de septiembre se volvió a repetir un caso de “vandalismo infantil” en la Galería Orler de Jesolo (Venecia). Durante una exposión una niña de cinco años escapó del control de la madre y destruyó sin querer una escultura de oro (“Atenea Dorada”) del artista Carlo Picorelo.
La niña se sintió atraida por una obra colgada de Enrico Castellani. Una obra en blanco titulada "¿Eso es todo?", y la´piz en ristre escaló litealmente por la escultroa, una frágil araña de oro, con intención de dibujar sobre la pintura.
La rápida intervención del galerista evitó un segundo daño, ya que si bien la escultura tiene un valor de 30.000 euros, el precio del lienzo es de 200.000 €.
La familia de la niña ha acordado una compensación con la galería, cuyo monto no se ha revelado.
El episodio recuerda de nuevo la fragilidad de las obras de arte y la importancia de la vigilancia en los espacios expositivos así como la necesidad que los padres tomen conciencia que este tipo de espacios no son ludotecas inantiles.