Christos Tsirogiannis, es una reputado arqueólogo, ex académico de Cambridge, con una cátedra de UNESCO sobre amenazas al patrimonio cultural y arqueólogo forense experto en identificar antigüedades ilícitas.
Las piezas detectadas son una figura romana de mármol de Príapo (III d.C) y un prótomo de agua con forma de cabeza de lobo de bronce (II d.C) y una talla de una cabeza egipcia de las dinastías XVIII o XIX (retirada finalmente).
Según Tsirogiannis las piezas procederían de los fondos de dos conocidos marchantes Gianfranco Becchina o Giacomo Medici, habituales del tráfico líicito de objetos arqueológicos, como apunta Traficking Culture. El arqueólogo advierte que la procedencia indicada por la sala : "Colección privada suiza", señalaría la procedencia de la colección de cualquiera de los dos traficantes residentes en Suiza actualmente.
Gianfranco Becchina cuya especialidad en contrabando de objetos expoliados data de 1970, ya fue condenado en 2011. En 2015 Volvió a ser foco mediático cuando en un registro de la Galeria Bechinna de Basilea (Suiza) se encontró uno de los mayores botines de arte saqueado entonces: La policía incautó 5.361 jarrones, estatuas de bronce y frescos por un valor estimado de 50 millones de euros
Vendió material a los principales museos, incluidos el Ashmolean, el Louvre, el Museo de Bellas Artes de Boston, el Metropolitan, el Museo de la Universidad de Princeton, el Museo de Arte de Toledo y el Museo J. Paul Getty, así coo a coleccionistas como: George Ortiz , Leon Levy y Shelby White o la Galería Merrin en Nueva. Vendía material a través de las casas de subastas de Sotheby's y Christie's en Londres, a veces usando nombres falsos, como Anna Spinello (el nombre de casada de su hermana).
Giacomo Medici fue condenado en 2004 a 10 años de cárcel y una multa de 12 millones de euros. Su expediente criminal es espectacular. En Aquella operación se volvió a involucrar a ó a otra habitual de las compras de objetos expoliados, Marion True, la curadora del Museo J. Paul Getty de Los Ángeles, y condujo a la repatriación a Grecia de una de las obras más preciadas de la institución, una corona funeraria de oro.
Sotheby's manifiesta que "Mantiene los más altos estándares de diligencia debida. Desde hace más de 15 años, es ampliamente conocido que el primer paso y el más básico en la investigación de procedencia de antigüedades es que los vendedores y los compradores se comuniquen con las autoridades estatales pertinentes con respecto a los objetos que están programados para salir a la venta”.
La sala se queja : “Christos Tsirogiannis no se ha puesto en contacto directamente con nosotros en relación con estos lotes. Sotheby's le ha pedido varias veces que ponga sus archivos a nuestra disposición y al público para permitir la colaboración y la transparencia. Si decide ponerse en contacto con nosotros para compartir la información que tiene, esperamos complementar nuestra extensa investigación de procedencia".
Tsirogiannis ha respondido “Como arqueólogo, mi responsabilidad es notificar al público sobre mis hallazgos de investigación y ayudar a las autoridades pertinentes, NO A LOS VENDEDORES DE ANTIGÜEDADES.”
Para guardar las apariencias y después de que se les encuentra con tales antigüedades, aún declaran públicamente –refiriéndose a Sotheby’s- que mantienen los más altos estándares en la investigación de procedencia. Este caso es simplemente el resultado de nuevo, de una más que deficiente investigación por parte de ciertos vendedores del mercado de antigüedades. El mercado de antigüedades continúa vendiendo antigüedades relacionadas con comerciantes condenados, optando por no verificar su procedencia y contactando con las autoridades estatales pertinentes.