Sotheby's

El precio alcanzado en mayo por la pintura “Distractions de Dagobert” (28,5 millones de dólares) ha generado una expectación por la obra de la artista que podría estar degenerado un conflicto que pone en duda la autenticidad de las obras

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La leyenda dice que el fotógrafo le arrebató el puro a Churchill para provocar el famoso ceño fruncido del Primer Ministro

El oligarca alega que la sala planeó reiteradamente con el marchante, una serie de ventas de obra al ruso, con sobreprecios que podrían considerarse un fraude. . El caso está destinado a resaltar, la naturaleza inusual y opaca y poco ética del mercado internacional del arte en determinadas circunstancias

La policía judicial se enfrenta a una larga investigación intentando rastrear los vitrales desde hace 160 años.

Famosos como Madonna, Jimmy Fallon, Justin Bieber, Paris Hilton, Gwyneth Paltrow, Serena Williams, Kevin Hart, Wardell Stephen Curry II y el rapero Khalid, entre otros 17 famosos, también fueron incluidos en la demanda , por participar en una trama de especulación de las ventas.

Se confirma que el procedimiento de “préstamos y donaciones temporales al museo” como práctica habitual de blanqueo de piezas expoliadas y traficadas ilegalmente al mercado americano.

La sala de subastas podría haber facilitado a Yves Bouvier el procedimiento de compra y reventa de obras de arte facilitando información privilegiada y sobre tasación, con un beneficio superior a los 200 millones de dólares.

Todavía hoy se están recuperando y devolviendo piezas por parte de los museos más importantes y colecciones privadas. La trama explicaba desde el origen hasta el final del proceso: Expolio, blanqueo, exportación y venta.

La obra fue incautada a un judío. La compró una amigo ario y ahora los descendientes de ambos se han puesto de acuerdo para venderla y repartirse los beneficios al 50%

Christos Tsirogiannis, es una reputado arqueólogo, ex académico de Cambridge, con una cátedra de UNESCO sobre amenazas al patrimonio cultural y arqueólogo forense experto en identificar antigüedades ilícitas.

La obra pertenecía al marchante holandés Jacques Goudstikker. La pintura salió al mercado y se ha vendido muchas veces durante los últimos 70 años. En este caso la sala de subastas ha actuado correctamente y propuesto una solución a satisfacción de ambas partes.