REDACCIÓN. Según informa USA TODAY el pasado 13 de marzo se restituyeron finalmente en el Museo de la Revolución Estadounidense 50 armas antiguas, terminando así, un caso de robos e armas históricas que se sucedieron como una epidemia en diferentes museos de Estados Unidos desde 1968.
Las pistolas se sustrajeron en 16 pequeños museos especializados entre ellos: El Museo de la Revolución Americana de Filadelfia, La casa museo de Daniel Boone, el Museo de Historia de Connecticut, el Museo de Beauvoiren Biloxi, Misisipi, La Escuela de Guerra del Ejército de EE. UU. en Carlisle, la Sociedad Histórica de Valley Forge, La Sociedad Histórica del Condado de Middlesex, El Springfield Armory en Massachusetts y la Sociedad Histórica del Condado de Blair en Altoona entre otros.
En muchos casos los museos no se dieron cuenta durante semanas y en algunos casos años de las desapariciones y finalmente la investigación se interrumpió hasta que en 2009, dos policías locales recibieron “cierta información” sobre un arma que coincidía con una de las robadas.
Las pesquisas ha durado 14 años y culminaron en 2017 con un registro del FBI en el domicilio de un coleccionista de 73 años de Delaware que las atesoraba en un altillo secreto.
Se trata de armas singulares vinculadas a la historia norteamericana, desde la época de la colonización hasta la guerra civil o por su diseño y rareza y de altos valores de cotización en este mercado especializado como el primer revólver Colt Whitneyville Walker de 6 tiros (1,8 millón de dólares) o una par de pistolas del general Bradley (IIGM).
El coleccionista, un tal Michael Corbett no fue capaz de aclarar la procedencia de muchas de ellas, más allá de compras en mercadillos por lo que finalmente no se le pudo acusar de robo, pero si de tenencia ilícita por lo que fue condenado a 1 día de prisión y 13 meses de arresto domiciliario más una multa de 65.000$.