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El experto ¿Indiscutible? ha fallecido

JORGE LLOPIS

Fallece Claude Picasso Gillot administrador del legado de Pablo Picasso

Martes 12 de septiembre de 2023
¿La capacidad legal de autentificación de obras de arte en manos de los descendientes del autor o del catalogo razonado?. El debate continúa

Claude Ruiz Picasso falleció el pasado 24 de agosto en Ginebra a los 76 años de edad. Claude fue uno de los cuatro hijos conocidos de Picasso; Hermano de Paloma (74) y hermanastro de Maya Widmaier-Picasso, fallecida en 2022 y y también de Paulo, muerto en 1975.

Claude y Paloma fueron fruto de la relación del pintor con Françoise Gilot,

quien tiene el merecidísimo honor de haber sido la primera pareja que abandonó al pintor en 1954 al malagueño por motivos que hoy serían más que condenables: Crueldad y violencia machista mental y otras lindezas, y que por ser Pablo Picasso se han obviado. Esta circunstancia hizo que Picasso no sólo no reconociese en vida la paternidad de Claude y de Paloma, sino que los detestase, según se dice.

En 1974, un año después de la muerte del maestro, el gobierno francés reconoció esa paternidad, otorgándole los derechos correspondientes como heredero.

A Claude se le tiene que reconocer el importante logro y proeza de poner de acuerdo a la compleja descendencia de su padre, ya que además Picasso murió en 1973 sin testamento.

En los años 80, Claude, fotógrafo y “eterna joven promesa del cine del cine francés independiente” puso en marcha junto a los otros descendientes conocidos del pintor, el primer Comité (Sucesión) Picasso para autentificar las obras de su padre.

Este primer comité estaba compuesto por su hermana Paloma, su hermanastra Maya, hija Marie Therese Walter y probablemente la hija más querida Picasso y sus sobrinos Marina y Bernard, que hijos de Paulo el único hijo legítimo del artista con diferentes parejas y muerto en 1975, pero igualmente nietos del artista.

Aquello fue realmente lucrativo: Dos de los herederos, Maya y Claude comenzaron a emitir certificados de autenticidad independientes unos de otros, teniendo en cuenta que la producción artística de Picasso es la más importante de la historia con más de 40.000 piezas de todo tipo (pintura, dibujos, obra gráfica, cerámica, textiles, fotografías, etc.), finalmente aquello creo una situación incómoda y un conflicto prolongado en el Segundo Mercado del arte.

En 1989 el Gobierno francés tuvo que tomar cartas en el asunto y designó oficialmente a Claude como administrador legal del legado de Picasso disolviendo esa primera entidad en 1993.

El asunto se zanjó definitivamente en 2012, cuando Claude, Paloma, Marina y Bernard decidieron poner en marcha el actual comité, conocido Picasso Authentication, excluyendo o repudiando, (como se prefiera) a Maya. Personalmente en 2014, Claude Picasso me pidió privadamente y como perito judicial de arte, no reconocer y rechazar los certificados emitidos por Maya emitidos hasta el año 2010.

En 2018 las disputas entre Maya y el Picasso Authentication se resolvieron. La causa real era que Maya poseía gran parte de los archivos personales del pintor y se había negado a cederlos al comité hasta entonces. Y aquí paz y después gloria, hasta el punto que se habló en los corrillos que el próximo presidente de la fundación podría ser uno de sus hijos, Richard, Olivier o Diana, vaya usted a saber.

Desde junio pasado y ante la gravedad de la enfermedad de Claude y la reciente muerte de Maya, la gestión de una de las colecciones de arte más valiosas del mundo, pasa ahora a Paloma Ruiz Picasso, hermana de Claude, empresaria y diseñadora de moda, especialmente conocida por sus diseños de joyas y la marca de perfume que lleva su nombre.

Desde Pecados del Arte, nuestras condolencias a la viuda de Claude, Sylvie Vautier, y dos hijos y también a sus dos ex posas, Sara Levner y Sidney Russell y larga vida a la nueva administradora Paloma Ruiz- Picasso Gillot.

El Club de los Nietos

Esta introducción, más allá de un obituario tiene como objetivo aproximar al lector, la polémica existente en el mercado y sus profesionales sobre este tipo de fundaciones, sucesiones y comités de autentificación, nacidos o creados por descendientes de artistas importantes y que el nieto de otro conocido y cotizado artista me explicó hace años, se denomina privadamente el Club de los Nietos.

Una denominación que me preocupa ya que suena casi a “sociedad secreta” ya mi conocido, tampoco definió claramente cuales eran sus objetivos: Si defender los derechos del artista o los suyos propios como herederos.

El Club de los Nietos está radicado en París, al igual que las sedes de las fundaciones de los artistas más importantes y cotizados y donde las leyes de protección intelectual y derechos del artista son las más estrictas y garantistas del mundo.

Muchos expertos y especialistas, tanto en el mercado como en la investigación cuestionamos la validez de la opinión de un familiar del artista, sea a veces el criterio único y excluyente, por el simple hecho de llevar su apellido y tener la potestad absoluta para certificar una obra de arte de un artista importante. Esta validación es una cuestión seria y fundamental tanto en el ámbito del mercado y del coleccionismo, como para el ámbito de la museística y el legado universal del arte.

Pocos, muy pocos “nietos”, han hecho o están haciendo una labor importante en la recuperación y preservación del legado artístico, histórico y cultural de la obra de sus antepasados.

La controversia es saber cual es el papel de esos descendientes ¿Cobrar simplemente derechos o aportar información directa sobre el artista que ayude o facilite el estudio, la evolución y comprensión de su obra, más allá de las biografías oficiales?

Sin querer “Hacer Sangre” el caso de los Picasso podría ser un ejemplo de esta: cuestión. Claude y Paloma, no tuvieron nunca ninguna relación personal con el malagueño, más allá de su desprecio o tenerlos a la solana en la Costa Azul con una cabra asquerosa. Su nieta Marina odiaba a su abuelo como se deduce de su biografía y en cuanto a la relación, fue nula o subsidiaria de la absoluta indiferencia y desconsideración de Picasso por su hijo Paulo. De Bernard poco se sabe, pero como también era hijo de Paulo con otra pareja , es de suponer que simplemente se apuntó al carro. Por tanto y de momento Claude, Paloma, Marina y Bernard, lo único que podrían aportar sobre la vida del artista es más bien poco o nada: Únicamente su lógico rencor hacia la figura de Pablo Picasso.

Queda Maya (Mª Concepción), probablemente la hija más querida de Picasso, nacida de su relación con Marie Therese Walter , y que dedicó “parte” (no se sabe cuanto, por cierto) de su vida al estudio y preservación del legado de su padre, por lo que se la debería considerar “la intelectual” del grupo. En el verano de 1955, pasó un tiempo” con Picasso ayudándolo en la realización de la película “le Mystere Picasso” de Henri Clouzot y con el tiempo, consiguió que el Segundo Mercado la considerase una autoridad para poder certificar obra de su padre hasta que sus disputas con Claude, que la relegaran al ostracismo y prácticamente a la clandestinidad certificacional. Pero parece obvio que sería la única persona con cierto rigor y conocimiento personal de Picasso, debería ser ella.

Los derechos del autor. El gran negocio

Más allá de la labor de estudio , autentificación , catalogación y preservación del legado artístico del artista, queda la cuestión de los Derechos del Autor, en los que se deben incluir los Derechos de Propiedad Intelectual entre los que se contemplan los derechos de reproducción de imágenes de cualquier tipo (libros de texto incluidos), comercialización de licencias de reproducción o el Droite de Suite que otorga a los artistas plásticos y sus descendientes, el derecho a percibir un porcentaje del precio de sus obras cuando sean revendidas. Y lógicamente certificar obras de arte. todo ello significa dinero, mucho dinero.

De nuevo es justificable recurrir a los Picasso para poder entender la dimensión de esta cuestión. Picasso ha sido probablemente el creador con la mayor producción artística del mundo. Dudo mucho que se haya escrito tanto de otro artista y sigue siendo el pintor más vendido y caro de la historia por volumen y cotización acumulada.

Fuentes como ARTNEWS calculan más 5 millones de euros anuales de beneficios de estos derechos en el caso de la administración Picasso. Añádase las retribuciones por colaborar con la justicia, ceder obra para exposiciones y certificar obras de arte.

No obstante esto de cobrar derechos puede llegar a situaciones grotescas, como cuando, según cuentan allegados, a Claude Picasso no se le ocurrió otra majadería como exigir al director del aeropuerto de Málaga, los derechos por emplear el nombre de su padre, circunstancia que no se entiende a menos que estuviera bajo los efectos de cualquier sustancia que lo trastornase o sufriera los efectos de un imprevisible jetlag Paris -Málaga…

Como se puede entender renunciar a estos derechos sería simplemente una necedad y en el caso de los Picasso, mucho me temo que sólo se han limitado a pasar por caja. Circunstancia más que comprensible y justificada en su caso, para resarcirse del trato o maltrató como padre y abuelo. Tanto, que más que derechos de autor, parece que sean indemnizaciones por daños y perjuicios.

Ya, ¿Y quién debería formar parte de estos comités?

Desde luego la ley asiste y protege derechos de los herederos. Nadie los pone en duda, aunque algunos opinan que ciertas atribuciones serían discutibles, por el simple motivo de llevar el apellido del artista, a menos que se trate de un puro formalismo burocrático y bajo estricto control civil y penal.

El familiar directo puede aportar muchísimo en el estudio de la obra del autor. Muchos de ellos se han involucrado en cuestiones administrativas, de archivos de venta o simplemente han vivido en primera persona anécdotas y situaciones personales que han podido afectar o influir en su obra. Lo que algunos conocemos como Intrahistoria. Como verán en el caso de los Picasso es más que dudoso. Gracias a sus biógrafos y la inacabable bibliografía de autores y estudios ajenos a la familia, se han podido descubrir seguramente facetas artísticas y estilísticas que ni ellos mismos hubieran imaginado.

Respecto a la cuestión de la Certificación de Originalidad. Muchos expertos opinan que la labor de estudio, análisis y certificación debería llevarse a cabo por instituciones constituidas por verdaderos especialistas en el artista: Biógrafos, historiadores de arte, peritos y científicos y por supuesto el elemento familiar, pero un con criterio más allá del recaudatorio. Una actividad multidisciplinar que de acuerdo con el valor histórico, artístico y económico es más que justificado y necesario.

Luego está la maledicencia. Se asegura algún heredero ha cobrado auténticas fortunas por firmar un certificado de autenticidad. Me guardaré mucho de decir nombres y cantidades. Solamente indicar que cuanto más cara sea la obra, el certificado puede ser astronómico.

El Catálogo Razonado: La manzana de la discordia

También hay opiniones encontradas respecto a que si la originalidad de una debería basarse únicamente en el Catálogo Razonado del artista y exigir a estas sucesiones que actualicen, amplíen, incorporen las obras inéditas de los autores incluyendo las falsificaciones que aparecen regularmente en el mercado.

La elaboración de un catálogo razonado es una labor ardua: Investigación, creación de archivos, catalogación, verificación, actualización, trazabilidad de las obras. Esta tarea supone años y por supuesto dinero. Tradicionalmente hablamos de formato papel, lo que supone un coste y por supuesto otra línea de beneficio importantísima para la fundación en cuestión.

La polémica sigue abierta aunque no abiertamente, y se plantean cuestiones tales como:

  • Si la fundación no dispone de recursos, a lo mejor no se puede reeditar el catálogo actualizado, ocasionándose vacíos en los datos y catalogación, desde su última publicación.
  • En la Era Digital, ¿Se tiene todavía que emplear papel?. Algunos comités y fundaciones ya ofrecen esta posibilidad de consulta y si son muy codiciosos, pagando por consulta sería igualmente rentable para la fundación.
  • ¿No debería la administración de cultura pertinente, garantizar al menos que se pueda completar esta tarea de realización y actualización digital de los catálogos razonados de los grandes artistas nacionales? ¿Significaría esa colaboración que los herederos compartiesen con el estado, como “socio capitalista”, los beneficios de explotación del Catálogo Razonado?.

Volvamos de nuevo a los Picasso como ejemplo de que si se puede recurrir al catálogo razonado y no certificar personalmente una pieza.

La obra de Pablo Picasso está más que catalogada. De eso se encargó Christian Zervos de 1932 a 1978, creando el catálogo razonado del artista (33 volúmenes). Todo está ahí. Todo, menos la producción de Picasso en España (desde 1895 a 1903).

Desde hace pocos años y cuando se consulta sobre la originalidad de una obra de Picasso, la respuesta ha sido tajante: Si está en el Zervós es Picasso y si no, no. No emitimos certificados, El Zervós sirve igual”…

¿Pereza, desidia, desconocimiento? ¿Qué pasa si por casualidad de trata de una obra inédita?¿Qué pasa si se trata de una falsificación de una obra publicada en el Zervos?. Es un suplicio intentarlo. Como lo he vivido en persona, lo cuento.

Committés, Sucesiones, Derechos de Autor, Certificaciones y Catálogos Razonados…Es comprensible que en el Club de los Nietos estén preocupados.

En el caso de Picasso en 2043 se cumplirán los 70 años de la muerte el artista y se liberarán los derechos de explotación, pasando al dominio público, pudiendo ser utilizada por cualquiera de forma libre y gratuita. Para Miró será en 2053, Warhol, en 2057 y para Basquiat habrá que esperar hasta 2058,

Calculen con el resto de artistas.

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