REDACCIÓN. El pasado 5 de octubre , Un turista estadounidense de 40 años fue detenido en Jerusalén después de derribar y destrozar e dos esculturas romanas expuestas en el Museo de Israel.
El hombre derribó los pedestales sobre los que se encontraban las dos esculturas antiguas: Un busto de Atenea del II d.C. encontrada en excavaciones en Beit She'an en la década de 1960 y un Grifo de la diosa Némesis, hallada en el Neguev y que también data del siglo II d.C. Ambas piezas han entrado en el laboratorio de restauración del museo que se ha negado a valorar los daños, aunque expertos calculan que puede consideraarse sobre los 200.000 dolares.
El agresor calificó y destruyó conscientemente las esculturas al considerarlas “idólatras y contrarias a la Torá”, según ha declarado la policía israelí. El abogado del atacante negó que se tratara de un acto de fanatismo , sino un brote psicótico, fruto un trastorno conocido como Síndrome de Jerusalén.
Por lo visto los afectados de este desconocido desarreglo mental, padecen de un trastorno disociativo histérico, donde adoptan otra personalidad que no son capaces de recordar. La espiritualidad que caracteriza el ambiente en la antigua ciudad de Jerusalén, parece que no deja indiferente a las personas que lo visitan...
Este desorden perturba a quienes habitan la ciudad de Jerusalén y a los turistas que la visitan. Llega a parecerse a la psicosis, y en los casos más graves pueden evidenciarse alucinaciones y delirios. Las personas que sufren de este síndrome se identifican con personajes bíblicos y la religión que profesan influye en este trastorno, así, los cristianos suelen imitar a personajes del Nuevo Testamento y los judíos se identifican con los personajes del Antiguo Testamento. En consecuencia, las mujeres suelen identificarse con personajes femeninos mientras que los hombres con personajes masculinos, así el Síndrome de Jerusalén no reconoce otras identidades sexuales (ni falta que le hace para que se vandalicen antigüedades) y por tanto, sería un desorden hetero binario, teniendo en cuenta lo "Transfóbico" de las Sagradas Escrituras.
Curiosamente este síndrome parece afectar especialmente a los turistas judíos americanos, como ya publicó Pecados del Arte el pasado febrero, en un intento tal vez de justificar este tipo de ataques por parte de judíos ortodoxos contra manifestaciones artísticas de otras religiones.
Este síndrome ha sido comparado con el síndrome de Florencia, el cual fue detectado entre los turistas que visitaban Florencia y actuaban de manera irracional y anormal. Estos turistas tenían temblores, vértigo, depresiones, confusión e incluso alucinaciones después de visualizar la gran cantidad obras de arte en este lugar. Sin embargo, la causa de este síndrome es por la belleza de su ciudad y sus obras de arte, mientras que el síndrome de Jerusalén se produce gracias al factor religioso integrista judío, por lo que parece.