REDACCIÓN Tal como adelantaba Pecados del arte el pasado 19 de enero , finalmente la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a Guillermo Chamorro a cuatro años de prisión por un delito continuado contra la propiedad intelectual y estafa por el intento de venta de 15 obras de arte falsas.
El caso se inició en marzo de 2019 cuando el coleccionista austriaco Tomas Weber, presentó una denuncia en comisaría contra Chamorro por venderle a través de la Sala Hampel de Munich una falsificación de “Paris” de Chillida, advirtiendo además que en la Sala de Subastas Setdart , de Madrid se exhibían 2 obras más propiedad del denunciado para su venta.
Chamorro alegó que la Sala Hampel le habia robado 29 obras y no reconoció en las fotos de las piezas enviadas por Hampel y investigadas como suyas. No obstante la sala de Munich envió al Tribunal las facturas de las obras vendidas al denunciante en las que si constaba el nombre de Guillermo Chamorro como propietario de las mismas.
Por otra parte, la relación de Chamorro con la Sala Setdart presenta mayor complejidad. Después de la denuncia los agentes se personaron en esta sala de subastas en 2019 para verificar el dato de las 2 obras falsas de Chillida vistas por Weber. El entonces gerente de la Setdart, Vicenç Pascual negó que tuvieran ninguna otra pieza de Chamorro, pero una de las empleadas fue quien indicó a los agentes que en un almacén guardaban cinco.
Finalmente los agentes encontraron 10 obras en Setdart que posteriormente se ha descubierto que eran falsas: 7 obras atribuidas a Eduardo Chillida, 2 a Roy Lichtenstein y 1 a Edvard Munch y las 5 restantes de José Guerrero, que ya se habían vendido.
La sentencia indica que independientemente que Chamorro hiciera él las falsificaciones o fueran de un tercero, era consciente de su falsedad.
A pesar de esta relación entre el acusado y la sala, no se han aportado ni el contrato de mediación de la sala ni las hojas de registro de cada lote (pieza). Otra de las empleadas de Setdart citada, alegó que “cuando el cliente es de confianza como lo era el acusado, no se realizaban estos documentos y quedaba el registro en el sistema informático”.
El Tribunal ha concluido que Chamorro fue quien dejó las obras para su expertizaje y venta, corroborado por “la forma de proceder” de la casa de subastas, los testimonios y las fotografías de las piezas en el momento que fueron entregadas.
Setdart además aportó una serie de facturas que les había entregado el condenado con su nombre para garantizar la originalidad de las obras.
Chamorro aseguró que su única relación con Setdart eran las felicitaciones navideñas que mandan a los clientes. La defensa insinúo de que todo se trataba de un complot.
El acusado deberá asumir más de 105.000 € en concepto de indemnizaciones: 48.000 € a los herederos de José Guerrero y 39.700 euros a la Compañía Zabalaga Leku, encargada del patrimonio de Eduardo Chillida, por daños y perjuicios morales causados a la obra de los artistas. Chamorro también deberá pagar 578,45 € a la galería El Marco Verde, 8.524,60 € a Gonzalo R. D. y 8.280 € a José Luis C. B.
Del resto de los pintores falsificados, los herederos Lichenstein y Steinberg no se han personado como acusación y como Munch falleció hace más de 75 años , ya no existen derechos de propiedad intelectual.
La sentencia no es firme y Chamorro aún tiene derecho a apelar la decisión de la jueza ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.