Los voluntarios acumulan sacos de arena para proteger estatuas y monumentos
(Foto: ©VLADYSLAV MUSIIENKO ).
La perdida de los museos de Crimea en 2014, ya les preparó para lo que están viviendo hoy
REDACCIÓN- Desde el inicio del conflicto y ante la situación incierta en la que se veían los museos ucranianos se puso en marcha el Centro de Crisis de los Museos de Ucrania.
Esta iniciativa no ha sido fruto de, la casualidad. Desde la anexión de Crimea por pare de los rusos en 2014 los funcionarios de los museos ucranianos son conscientes que sus colecciones forman parte de un codiciado plan de saqueo y expolio por parte los rusos como ya sucedió entonces en los museos de la región y que ahora son de propiedad estatal rusa.
Hablamos de 10 museos, entre los que se podrían destacar el Museo de Arte de Simferópol, el Palacio de Livadia, el Palacio Voronstov, el Museo Gorlovk o el Museo del Dinero de Feodosia.
Milena Chorna es una de las coordinadoras del Centro de Crisis de los Museos de Ucrania. Su veterana experiencia en museística hizo que con 12 colegas más unieran esfuerzos para prestar ayuda a los museos locales del país a medida que se recrudecía el conflicto “Decidimos unir nuestros esfuerzos para ayudar a todos nuestros colegas que necesitan más asistencia que la que necesitábamos en Kiev”, declara Chorna. “Nuestra organización es importante para ponerse en contacto con colegas en el este y el sur de Ucrania e incluso en el norte, para conocer cuál es la situación en esas regiones. Sabemos que Kiev es el objetivo principal, pero los pequeños museos regionales realmente han sufrido mucho y seguimos en contacto con la gente en los territorios ocupados”.
Para Chorna, esta situación ya le resulta familiar.”Los museos de Crimea ya sufrieron robos tras la anexión rusa de la región en 2014, incluido el saqueo del prestigioso Museo Gorlovka”.
Chorna ahora está escuchando historias idénticas de colegas del museo en la región de Kherson, ocupada recientemente por las fuerzas rusas ya que expertos afirman que están comenzando a ver objetos que surgen en el mercado negro después de la invasión de Crimea.
Olesya Mylovanova, directora del Museo Regional de Costumbres Locales de Lugansk, estaba allí cuando Rusia invadió en 2014. Ella y otros pudieron salvar y evacuar parte de las colecciones a la zona "menos amenazada" de Staobilsk.
“Por lo general, tendemos a creer que las cosas más valiosas en los museos son los objetos”, dijo Mylovanova “Pero esta guerra demostró que lo más preciado en los museos son las personas. Fui testigo de ejemplos de personas dispuestas a dar su vida para salvar las colecciones, muchas son madres y viudas de guerra”
“Estos voluntarios anónimos están dispuestos a dar su vida para preservar la identidad ucraniana porque los museos ucranianos presentan la cultura ucraniana, y saben que fueron atacados por eso” explicó Mylovanova.
Brian Daniels es director de investigación y en el Museo de la Universidad de Pensilvania. Daniels también dirige un servicio de investigación y evaluación de daños en el que participan otras 15 universidades internacionales. “Hemos visto estas actitudes heroicas en tiempos de conflicto” explica Daniels “Cuando la gente se apresura a irse, ves que los trabajadores de los museos se niegan a marcharse para salvaguardar las colecciones, especialmente cuando la intención del conflicto ataca la identidad cultural. No existe una estructura de apoyo para los trabajadores de museos que se ponen en riesgo"
No se puede olvidar el caso de Khaled Asaad, de 82 años considerado uno de los eruditos de antigüedades más importantes de Siria y director del Museo de Palmira, decapitado en público por el ISIS en 2015 por negarse a facilitar información sobre las piezas escondidas por él y su equipo.