REDACCIÓN. Según información de
Artnet, un perito forense fotográfico ha desvelado que unas fotografías publicadas en una prestigiosa revista de decoración habían sido retocadas para ocultar esculturas y restos arqueológicos de procedencia ilegal de Camboya.
A partir de la investigación que está llevando a cabo el Washington Post en colaboración con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), los 11,9 millones de documentos que conforman los llamados Papeles de Pandora están revelando las relaciones entre transacciones financieras internacionales y antigüedades saqueadas y exportadas ilegalmente.
Entre los investigados se encuentra el difunto comerciante de antigüedades anglo camboyano Douglas Latchford, quien en realidad comerciaba con antigüedades saqueadas en Camboya para algunos de los museos y coleccionistas más prestigiosos de EE. UU.
Fruto de esta investigación, el perito forense visual Henry Farid de la Universidad de Berkley ha detectado la manipulación mediante Photoshop de las imágenes de un reportaje realizado por la revista Architectural Digest en la mansión californiana en San Francisco de los coleccionistas de arte Sloan Lindemann y Roger Barnett.
¿Qué relación tienen Douglas Latchford y sus turbios negocios con los propietarios de la mansión de ensueño? El padre de la propietaria, Sloan Lindemann es hija del difunto George Lindemann quien en 2008 poseía una colección descrita como "una de las mayores colecciones de arte del sudeste asiático en manos privadas". Los Papeles de Pandora han desvelado que George Lidemann era cliente preferente de Douglas Latchford.
Volviendo al reportaje de la mansión de ensueño y valorada en más de 42 millones de dólares, las fotografías de este reportaje detallaban su opulencia: pilastras espejadas, paredes revestidas con ónix blanco, impresionantes vistas de la bahía de San Francisco, la isla de Alcatraz y el puente Golden Gate. También una imagen mostraba un patio central impresionante de dos pisos con varios pedestales vacíos a un lado...
Sin embargo, los pedestales en realidad no estaban vacíos: las fotos habían sido alteradas mediante Photoshop. Los investigadores descubrieron en la web del arquitecto de la casa, que las fotos originales de la misma estancia aparecían esculturas antiguas jemeres sobre los mismos pedestales. No se sabe quién modificó la foto ni por qué razón, pero los expertos entrevistados para esta historia confirmaron que las esculturas habían sido editadas fuera de la imagen de la revista.
A partir de esta información gráfica, el gobierno camboyano ha comunicado que esas reliquias de piedra, que representan cabezas de dioses y demonios, coinciden con un conjunto que fue saqueado hace años de uno de los sitios sagrados de la nación.
La investigación de las autoridades camboyanas sobre las esculturas “retocadas” de la mansión va más allá. Los expertos jemeres están convencidos que proceden de una colección más grande propiedad de los padres de Sloan Lindemann, muchas de las cuales, fueron saqueadas y exportadas ilegalmente. De hecho dos de ellas coinciden con objetos que se encuentran entre las 10 reliquias robadas más importantes del país.
El saqueo de antigüedades en Camboya empezó en los años 70 durante su guerra civil. Casi todos los templos fueron objeto de expolio por redes organizadas asociadas con grupos militares. Nadie sabe cuántas piezas fueron robadas en esos momentos, los arqueólogos creen que miles pasaron a través de comerciantes y terminaron en museos y colecciones privadas de algunas de las personas más ricas del mundo.
Para traer los tesoros jemeres a casa, el Ministerio de Cultura y Bellas Artes de Camboya ha reunido a un equipo de unos 40 investigadores, arqueólogos, abogados y estudiosos del arte. El ministro de cultura de Camboya Phoeurng Sackona declaró recientemente: “Algunas de estas estatuas tienen una enorme importancia histórica, cultural y religiosa para Camboya y deben ser repatriadas lo antes posible”.