REDACCIÓN. Un pequeño fragmento de la cúpula 'Regina Patriarcharum', obra de Ramón Bayeu, cayó el sábado 29 de marzo sobre la nariz de un visitante en la basílica del Pilar de Zaragoza. Aunque la herida no fue grave, generó preocupación y puso de manifiesto el deterioro que presentan varias cúpulas de la basílica.
Desde hace 35 años se ha estado advirtiendo sobre el mal estado de las tres obras realizadas por Ramón Bayeu, sin que hasta el momento se haya tomado ninguna medida para solucionar la situación.
Alrededor de hace treinta y cinco años, los restauradores Teresa Grasa y Carlos Barboza comentan que, al elaborar un informe previo a la restauración del Coreto de Goya, también realizaron un análisis sobre el estado de conservación de las distintas cúpulas y bóvedas de los Bayeu. En ese informe, propusieron la necesidad de llevar a cabo una labor continua de restauración en todo el conjunto mural, así como la formación de especialistas en la restauración de pintura mural. Sin embargo, la recomendación no fue atendida por las diferentes instituciones aragonesas involucradas en el asunto.
La situación preocupa profundamente a los restauradores, quienes afirman que es necesario consolidar la zona antes de proceder. Es fundamental revisar primero el estado de las cubiertas, y ellos demandan una intervención urgente. "La situación es preocupante y se deben tomar medidas inmediatas, contactando con especialistas en restauración de pintura mural, para que actúen cuanto antes. No basta con redactar informes que luego se acumulan en los despachos".
Desde hace 15 años, este tema ha sido objeto de atención, especialmente en relación con otros desprendimientos que han afectado las cúpulas. En aquel entonces, Carlos Barboza afirmaba: "La cuestión no es que se pueda tardar uno o más años en intervenir, es que se tendría que estar trabajando ya. Los residuos que se han depositado sobre las pinturas hacen que estas se estén descarbonatando. Y, si no se actúa pronto, cuando quieran intervenir, solo con pasar un paño ya se borrarán las pinturas". En ese periodo, la 'Regina Patriarcharum' no era mencionada como una de las cúpulas más perjudicadas; en cambio, se señalaban aquellas más cercanas al río: la 'Regina Virginum' de Ramón Bayeu y el plato 'Regina Apostolorum', obra de su hermano Francisco.
"Un diagnóstico de la situación es lo que se echa en falta en el Pilar, así como un informe detallado sobre el estado de cada una de las pinturas. Además, sería necesario redactar un plan director que defina el orden y la manera en que se debe intervenir", reclamaba entonces el historiador del arte Arturo Ansón, especialista en la obra de los Bayeu.