El Arzobispado de Zaragoza exige "medidas urgentes" contra los ataques al patrimonio histórico

Según informa el HERALDO DE ARAGÓN, El Arzobispado de Zaragoza reclama "medidas urgentes" contra los ataques y vandalismo al patrimonio histórico de Zaragoza.

También la iglesia de La Magdalena, Bien de Interés Cultural (BIC), sufre continuamente pintadas. La solución, en ambos casos debe pasar antes por la comisión provincial de Patrimonio.

Desde el Arzobispado muestran su preocupación ante este tipo de actos, recordando que no solo se atenta contra el patrimonio del Estado, sino también contra un bien privado, e instaron a actuar "de urgencia". Basta con dar una vuelta por el entorno de la catedral para comprobar que son varios los puntos con grafitis de mayor o menor tamaño.

Según explicó la Policía Local, El pasado 7 de diciembre, sorprendió a un joven de 19 años pintando grafitis en la fachada de la Seo. Los agentes comprobaron que la pared del monumento había sido vandalizada con espray negro y que una de estas personas, menor de edad, llevaba un espray No obstante, tras hacer las oportunas averiguaciones, un joven de 19 años identificado como Y. M. A. asumió la responsabilidad y confesó que le había entregado el bote a su amigo menor de edad para evitar las acciones legales.

En estos casos, fuentes de la Policía Nacional explicaron que tiende a darse una serie de delitos, ya que al de deslucimiento de bienes inmuebles habría que sumar otro contra el patrimonio histórico, a veces irreparables. Lo habitual es que terminen en con sanciones que por norma general, ascienden a cuatro veces el daño producido.

En la iglesia de La Magdalena, el problema es similar. Su párroco, Juan Espallargas, reconoce que no les ha quedado otra salida que "dejar los grafitis como están". "Llevábamos así desde antes de la restauración. Íbamos de cabreo en cabreo y de gasto en gasto. Una vez se nos ocurrió quitarlos y al día siguiente pintaron otros más grandes. Y por una vez o dos no pasa nada, pero hemos preferido que se borren con el paso del tiempo a quitarlos y correr el riesgo de dañar la fachada. Es una pena, pero ya no sabíamos qué hacer".