REDACCIÓN.- Las declaraciones de la política alemanas del partido de Izquierda Die Linke,
Saraya Gomis a favor de la restitución del
Busto de Nefertiti y el
Altar de Pérgamo en una entrevista en diario
Tagesspiegel parece que no va tener el resultado esperado.
El Ministerio de Justicia alemán ha manifestado al respecto "Agradecemos el debate público, pero lamentablemente no puede discutir asuntos de restitución de objetos en este momento. Estas cuestiones son en todo caso responsabilidad del Ministerio de Relaciones Exteriores". Lo que se puede traducir como que el asunto no es prioritario para el ejecutivo alemán.
Por su parte la Fundación del Patrimonio Cultural de Prusia que supervisa los museos estatales de Berlín, afirma que no tiene una demanda oficial de restitución y que el busto de Nefertiti salió de Egipto legalmente en 1912, al igual que el Altar de Pérgamo fue adquirido por Alemania a Turquía en 1879, y que tampoco hay planes para devolver ni el busto de Nefertiti ni el Altar de Pérgamo a estos países .
Probablemente la cuestión de cómo salió el busto de Nefertiti de Egipto en 1912 sea la más controvertida. Hagamos un poco de historia.
El busto de Nefertiti fue descubierto el 6 de diciembre de 1912 en unas excavaciones realizadas por la Orient-Gesellchaft (una asociación alemana dedicada al estudio del Cercano Oriente) y encabezadas por el egiptólogo alemán Ludwig Borchardt en el yacimiento de Tell el-Amarna, la antigua ciudad de Akhetaton.
En 1912 Hay que añadir que las 'autoridades egipcias' no eran exactamente egipcias. El país era un protectorado británico y su arqueología estaba en manos exclusivamente francesas. De hecho, no había egiptólogos egipcios.
El jefe del Servicio de Antigüedades en 1912 era Gaston Maspero , sucesor de Auguste Mariette, quien había puesto fin a la época de 'barra libre' y el saqueo indiscriminado de obras de arte. Se había establecido un sistema llamado de 'Partage', por el que Egipto y la entidad extranjera que patrocinaba cada excavación se repartían los hallazgos al 50%. El artículo 14 de la ley de antigüedades egipcia vigente cuando se descubrió el busto de Nefertiti especificaba los términos del reparto y señalaba que Egipto tenía la propiedad exclusiva de cualquier objeto que el inspector considerase de valor excepcional y también de toda representación de un rey o de una reina.
La historiografía coincide que Borchardt habría obrado de manera poco clara, tramposa incluso, cometiendo ciertas irregularidades:
La primera irregularidad se cometió a la hora de designar el lugar del reparto. La citada ley indicaba que debía realizarse en las dependencias del Museo Egipcio de El Cairo. Por alguna razón desconocida, el Servicio de Antigüedades permitió que tuviera lugar en el propio yacimiento el 20 de enero de 1913. Otro error fue la elección del inspector, Gustave Lefebvre, más joven e “inexperto” que Borchardt y que estaba especializado en el estudio de papiros , pero no en el examen y valoración de obras de arte. Según los alemanes, Lefebvre repasó el listado, vio los objetos, no supo valorar el busto y firmó su cesión, tal vez de manera negligente.
La versión egipcia es más pintoresca pero plausible. Antes de la inspección, Borchard invitó a Lefebvre a cenar. Ya se sabe, vino francés y en abundancia. Tras la sobremesa, Borchardt condujo al francés, que según los egipcios estaba como una cuba hasta la tienda donde se le mostró la lista con la propuesta del reparto y fotos de los objetos.
Según un documento interno de la Orient-Gesellchaft, el secretario reconoció en la foto era borrosa y estaba mal iluminada a propósito y lo que se clasificaba registro de la excavación como "busto de reina", se había transformado misteriosamente en un "busto de yeso coloreado de princesa de la familia real".
No está claro si Lefebvre vio el busto o no, aunque los objetos estaban en otra tienda metidos en cajas abiertas y dispuestas para la inspección. Desde luego no cogió la escultura, porque el peso le hubiera revelado que era de piedra y no de yeso, como indicaba el listado. Vista o no vista la estatua, el francés firmó el reparto propuesto por los alemanes. La escultura de Nefertiti fue embalada y enviada a Berlín donde se expone desde 1924.
Lo que está claro es que la versión Alemana está ratificada documentalmente más allá de que su procedimiento fuera más o menos dudoso. La versión egipcia,no. Por tanto finalmente va a depender únicamente de la voluntad del museo alemán cosiderar una restitución, que no parece probable.
Ahora bien, en esta supuesta superchería del arqueólogo alemán del yeso o la piedra, esta también la duda sobre la originalidad del busto.
El busto de Nefertiti en el Neues Museum y el Altar de Pérgamo en el Museo de Pérgamo son las obras más visitadas y populares en estos dos museos de Berlín. Eso lo saben egipcios y turcos, más allá de su orgullo nacional.