No hay que ser muy avispados para entender, que una de las medidas que han aliviado al mercado ingles del arte y concretamente al Segundo Mercado ha sido precisamente salir de la EU. El Brexit.
Recientemente y a pesar del Brexit estamos viendo como los británicos no se quedan al margen de cuestiones tan candentes como el asunto de las restituciones. Me refiero a las mareas Cancelacionistas ni a las Ético revisionista que están sacudiendo al British Museum y otros museos coloniales como el Albert and Victoria y otros tantos. ¡A lo hecho, pecho!. Sinceramente, tampoco creo que los museos ingleses vayan entregar más allá de la morralla que les sobre en los sótanos. En otro momento ya dije que todo inglés que se precie es más colonialista que Disraeli.
La cuestión que nos ocupa ahora, son las “otras restituciones”. Esas que se están reclamando por parte de los herederos de los miles de coleccionistas europeos a quienes los nazis requisaron sus colecciones de arte. Devoluciones que son llanamente, una cuestión de Derecho.
Las salas de subasta por antonomasia son las británicas y hasta que se restablezca una nueva capital del mercado (probablemente París y ya está tardando…) y habrá que seguir teniéndolas en cuenta por su volumen de negocio y tradición.
Los subasteros ingleses son probablemente los agentes del mercado que han vendido más obras de arte procedentes del llamado expolio nazi desde los años cincuenta. Primero en Estados Unidos en sus delegaciones de allá y luego ya en el Reino Unido. La gran mayoría de las transacciones de obras de arte confiscadas por el gobierno nazi han pasado después de la guerra por salas inglesas y especialmente por las más prestigiosas: Christie´s o Sotheby’s.
En el caso de las obras de arte procedentes de las confiscaciones nazis el procedimiento que han aplicado las subastas británicas ha sido relativamente simple y a la vez bochornoso para un vendedor experto: Ignorar la ingente información, archivos y registros que se han publicados desde el año 1945 y disimular (sino omitir) directamente el dato de quien fue el propietario original de la obra secuestrada en aquellos años. El resultado ha sido el “blanqueo sistemático” y una discreta dispersión de estas obras en el Segundo Mercado.
La situación puede llegar ser tan grotesca que como que una obra expoliada se haya vendido hasta dos veces en los últimos 30 años a través de la misma subasta sin ningún rubor.
Todas las subastas inglesas y sus franquicias llegado el caso de una solicitud de restitución por obra de Venta Forzada durante el expolio nazi, se suelen acogerse finalmente a la ley inglesa de confidencialidad de sus proveedores y clientes vendedores y el principio de Usucapión o Prescripción Adquisitiva y que en el caso inglés, es de 6 años desde la última compra en buena fe, lo que supone interminables procesos legales y parecen olvidar que si ellos, los británicos son colonialistas y proteccionistas hasta la medula, los judíos tienen la memoria y la paciencia en su ADN.
Lo de la usucapión es habitual en todos los países pero lo de la confidencialidad sobre el proveedor es más conflictivo. Saber quien fue el vendedor dificulta establecer la trazabilidad del objeto y probablemente conocer y reconocer a quienes participaron en el mercadeo posterior a la guerra y en cierta manera conocer otros mercados donde buscarlas.
Las ultimas noticias publicadas sobre las reticencias de Christie’s ante las reclamaciones debería ser por un lado, sino un ejemplo preocupante, si un aviso, aunque por otro, que Francia “desempolve” su ley de devoluciones de 1945 es esperanzador. Es de suponer que Holanda y Bégica harán lo que digan los galos.
En 2018 la WJRO (World Jewish Restitution Organization) calculó que en aquel conflicto se robaron alrededor de 650.000 obras de arte (entendiendo que se refieren sólo a los coleccionistas judíos, claro) y que todavía, 11.000 piezas de arte continúan desaparecidas. Egoístamente sería una buena razón para justificar la existencia de Pecados del Arte ya que al menos, tendremos 11.000 oportunidades informativas.
Reino Unido ha firmado todos los convenios internacionales habidos y por haber sobre el asunto desde 1958, pero claro, ninguno de ellos era o es vinculante, ni siquiera los Acuerdos de Washington de 1998. Es decir, lo apoyo pero no tengo que aplicárlo. Posiblemente las últimas directrices de la EU de 2017 y 2019, si lo son para los miembros.
El secretismo y discreción de los subasteros ingleses han sido su mejor recurso y la legislación inglesa lo respalda y blinda y desde luego, si las obras reclamadas están depositadas en la Pérfida Albión desde luego tampoco van a salir de ahí tan fácilmente.
Por si no ha quedado claro, a los británicos les gusta vender lo que sea, como sea y cuando sea, ya que si los beneficios son altos, el fisco inglés también se lleva lo suyo.
¿Van entendiendo por qué a Sotheby’s, Christie’s el asunto del Brexit les ha venido muy bien?
Si (
No(
