REDACCIÓN - Según informa Swissinfo.ch el Consejo Nacional Suizo (Cámara baja) ha aprobado recientemente y por unanimidad la propuesta de creación de una comisión de expertos independiente que juzgue los casos de bienes culturales confiscados por el régimen nazi de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.
La otra cámara parlamentaria, el Consejo de los Estados, aún tiene que debatir las propuestas. El ministro del Interior, Alain Berset, informó el que el Gobierno estaba dispuesto a preparar un proyecto de ley, pero que había rechazado las propuestas para definir un marco detallado.
Desde luego la turbia y beneficiosamente mutua relación de Suiza y la Alemania Nazi, desde antes, durante y después de la II Guerra Mundial, sobre todo en lo relativo al expolio de arte nazi y su instrumentalización por parte de las autoridades helvéticas, sin el que el robo de arte y su venta no hubiese sido posible.
El debate se produjo en medio de un aluvión de críticas por la exposición de la controvertida colección de Emil Georg Bührle en el Museo de Bellas Artes de Zúrich, inaugurada el pasado mes de octubre.
La colección Bührle es una importante colección de arte especializada en los Impresionistas franceses y de otros artistas del siglo XIX, precursores o contemporáneos de este movimiento artístico considerado Arte degenerado por los nazis que fueron precisamente obras expoliadas a propietarios alemanes, austriacos y húngaros por el régimen nazi y subastados en Suiza por marchantes comisionados por el estado alemán hasta 1938.
Las 203 pinturas expuestas desde octubre de 2021 en el Museo de Arte de Zúrich (Kunsthaus) han sido fuente de debates y controversia Una comisión de historiadores describió la exposición como un insulto a las víctimas del saqueo nazi.
Emil Georg Bührle, fue un empresario suizo que hizo su fortuna vendiendo armas a Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, que compró arte saqueado por los nazis y que se benefició del trabajo en condiciones de esclavitud.
Emil Bührle adquirió la mayor parte de las obras entre 1951 y 1956. La familia del industrial creó, en 1960, una fundación que reúne una selección de unos 200 cuadros y esculturas, para mostrarla al público.
En diciembre pasado, el entonces director de la fundación, Lukas Gloor, informó “que de las 203 obras que forman la colección, el origen de 113 era claro y sin problemas. De las otras 90, aunque el origen era menos claro, no había indicios evidentes de un origen sospechoso.”
Esta redacción lamenta sus deficiencias del dialecto suizo- alemán, pero según lo declarado, lo que sí se deduce que el origen de 90 de las 203 obras, desde luego no “está claro”.