El alcalde Luis Antonio Cenador alega que la actuación “contó con una memoria pública a la que no se presentó ninguna alegación”...
REDACCIÓN. Según informa EL DIARIO DE LEÓN, entre el 13 y 19 de marzo el ayuntamiento de Castrocalbón (León) decidió por las buenas arreglar un camino poco transitado en una zona no cultivada.
La realidad es que este “camino” no es otro que una calzada romana de Castrocalbón, construida por Vespasiano , también conocida como la Calzada del Obispo. Cerca de 1.500 metros de esta vía romana ubicadas en el Páramo de la Chana, han sido completamente arrasados, y no queda ya ni rastro de ese legado romano bimilenario.
El ingeniero
Moreno no comprende cómo han permitido el asfaltado de un camino agrícola que resulta ilógico porque el tramo de Castrocalbón está muy señalizado, es perfectamente visible y todo el mundo lo conoce. No solo hay señales modernas, sino que es una de las calzadas de toda Europa que preserva mayor número de miliarios (los mojones colocados por los romanos cada mil pasos para marcar las distancias). Hay cinco miliarios en la parte española de la vía. La motoniveladora también ha dejado inservible un cartel explicativo a pie de la calzada.
Por su parte, el alcalde de Castrocalbón, Luis Antonio Cenador, niega los daños y precisa que la obra ha consistido en simple "alisado" para eliminar baches, y a recurrido a la patética excusa de que la polémica se trata de "una estrategia para ganar rédito político" a pocas semanas de las elecciones. Además, recuerda que es una de las obras de viales rurales que ha asignado la Mancomunidad de La Cabrera-Valdería a los municipios que la conforman, y que la actuación contó con una memoria pública a la que no se presentó ninguna alegación.
La Calzada del Obispo o de Nuestra Señora, considerada por los expertos como una de las joyas arqueológicas de la península, fue construida entre los años 79 y 80, durante el imperio de Vespasiano y su hijo Tito, con fines comerciales. Fue restaurada en tiempos de Maximino el Tracio y su hijo Máximo, y su trazado es uno de los que conserva el mayor número de miliarios (piedras que señalizaban las distancias) de toda Europa.