Expertos

El ocaso del Museo Enciclopédico

JORGE LLOPIS

¿Justicia, tendencia político-social, temor a la critica, geoestrategia o tradición museística?. El debate continua

Jueves 07 de marzo de 2024

El Museo Enciclopédico heredero del “Gabinete de Curiosidades” se crearon en el siglo XIX con una evidente intención política y propagandística: Enfatizar el poderío y prestigio colonial de la nación



JORGE LLOPIS.- El asunto de las reclamaciones museísticas no es nuevo. Hace décadas que países, antes llamados del Tercer Mundo y países en desarrollo y hoy llamados políticamente correcto, “Sur Global”, están en esta batalla contra los museos llamados enciclopédicos europeos y norteamericanos.

Los museos enciclopédicos son instituciones grandes, en su mayoría nacionales, que ofrecen a los visitantes abundante información sobre una variedad de temas que cuentan historias tanto locales como globales. El objetivo de los museos enciclopédicos es proporcionar ejemplos de cada clasificación disponible para un campo de conocimiento.

Este tipo de museos, herederos del modelo “Gabinete de Curiosidades” se crearon en el siglo XIX inicialmente en Francia (Louvre) e Inglaterra (British Museum) con una evidente intención política y propagandística: Enfatizar su poderío y prestigio colonial. Obviamente también había un motivo científico de acuerdo con el estudio de la ciencia de entonces. Posteriormente el resto de países que entraron en esa “carrera” colonial como Alemania, Holanda o Bélgica, repitieron este modelo museístico.

Es de justicia reconocer que este tipo de museologia es fruto de su tiempo y hay que contextualizar los motivos de su creación.

Aprovecho la ocasión para aclarar que en España, NO EXISTEN museos enciclopédicos de titularidad estatal, más allá de colecciones totalmente privadas y con contenidos cuya autenticidad estaría en muchas (demasiadas) ocasiones puesta en duda.

Desde 2022 se han sucedido un flujo constante de noticias sobre objetos devueltos e incautados, iniciativas lanzadas, juicios en curso y resueltos y acuerdos alcanzados entre países del Sur Global y Europa.

Podemos explicar este cambio por parte de los museos nacionales y sus países por dos importantes motivos: Los países del Sur Global, son actualmente potenciales productores de materias primas de primer orden y por tanto hay que llevarse bien con ellos y en segundo lugar por una tendencia ideológica progresista radical, el movimiento Woke, iniciado en Estados Unidos, pero que ha calado e impregnado igualmente en la Opinión Pública europea.

El Wokismo, fundamentalmente y según una publicación libre de toda sospecha como es el Viejo Topo, propone cancelar el pasado, la tradición, los vínculos sociales… Todo con un sentido aparentemente reivindicativo (por ejemplo, derribar una estatua porque al personaje histórico se le atribuyen actitudes racistas, o reescribir una novela para así contener elementos sexistas que puedan ser hirientes para la sensibilidad del lector). Más allá de la reivindicación nominal, su intención es disociar al hombre de toda cultura moral orgánica y natural. Sacarlo de su ser histórico. Un barbarismo ilustrado, si cabe la contradicción, pues su cuerpo militar se encuentra en las universidades de Oxford, Harvard y Berkley. La ideología Woke, con el pretexto de emancipar a la liga global de «oprimidos», convierte a todos los partidos de la izquierda genérica, en franquicias del Partido Demócrata norteamericano y del poder blando anglosajón".

Obviamente esta tendencia ha hecho que la mayoría de gobiernos europeos ante el temor de las criticas por su electorado han iniciado una serie de medidas políticas en cuanto a la cuestión de las restituciones y reconocimiento de su cuestionable pasado colonial, pero parece que a pesar de las buenas intenciones “cara a la galería”, han llegado a un punto de inflexión.

Hay que aclarar que por “restituciones”, también se incluyen las reclamaciones por el saqueo nazi durante la segunda guerra mundial, por tanto las medidas legislativas sobre restitución se han convertido en un cajón de sastre, mezclando el expolio nazi con el saqueo colonial, no exento de controversias, sobretodo por parte de los expertos y académicos, llegando a situaciones grotescas por parte de los políticos al no distinguir conceptos como colonialismo, etnografía, antropología, en las que nuestro nuevo ministro de Cultura, Ernest Urtasun se está convirtiendo en un “experto”, ya sea por contentar a su cuota de electorado o simplemente imitar al resto por no tener un criterio propio, inventando un “relato” que raya con el esperpento, ya que para algo es español.

Como ya se publicó en Pecados del Arte en 2023, Francia se ha convertido en el referente del nuevo modelo ético museístico, a partir de que en 2017 el presidente francés Emmanuel Macron, cuando dijo en Burkina Faso que quería “que se cumplieran las condiciones para la restitución temporal o definitiva de la herencia africana a África, como el comienzo de una nueva era en la restitución”. En 2018 Macrón encargó a Bénédicte Savoy, directora de historia del arte moderno de la Universidad Técnica de Berlín y al académico senegalés Felwine Sarr, un informe titulado “La restitución del patrimonio cultural africano. Hacia una nuevas relaciones éticas” en el que se indicaba que entre el 90 y el 95 % del patrimonio artístico del continente se encuentra fuera de África e instaba a la repatriación en una nueva era de autoflagelación para los países europeos..

A Francia le han seguido otros países como Alemania, Países Bajos, Bélgica y recientemente Austria y Suiza han creado directrices y comités nacionales para evaluar las reclamaciones de restitución y devolver artefactos adquiridos durante los respectivos períodos coloniales. En el caso de Suiza (sin pasado colonial conocido), si le preocupan especialmente el origen dudoso de las donaciones y adquisiciones de sus colecciones.

No obstante como decía antes perece ser que se ha llegado a un punto muerto. Una cosa es la teoría y otra es la práctica. O si se prefiere, hacer el paripé frente a la Opinión Publica y dejar el asunto, en manos de la temida burocracia cultural y la no menos aterradora administración museística.

La voz de alarma sobre el riesgo de las restituciones lo dio Alemania cuando en 2021 anunció a bombo y platillo la devolución incondicional de 1.100 de los llamados Bronces de Benin a Nigeria; hasta ahora ha entregado 22. ¿Por qué?. En marzo de 2023 se reveló que los bronces no irían a un museo nacional planificado de arte de África Occidental, cofinanciado por Alemania, sino que pasaban a ser propiedad de Ewuare II, un cacique del de Benin.

A esto se añade que varios políticos alemanes calificaron la restitución como “ un desastre”. El hecho de que algunos de los bronces estuvieran hechos de brazaletes de latón, que el Reino de Benin recibió a cambio de esclavos, no ha hecho más que aumentar la controversia, ya que si el saqueo inglés fue una barbaridad no lo es menos el origen esclavista de los bronces de los que presume Benin.

Aún y así Francia continúo con su papel mediador y como referente en estas cuestiones.

El pasado mayo, se presentó un proyecto de Ley de Restituciones, aunque parece que la norma tiene sus inconvenientes, ya que se han ido descubriendo a medida que se aplicaban las fases de esta ley como veremos a continuación.

Actualmente, la mayoría de los objetos de la colección nacional francesa no pueden ser restituidos sin el voto del parlamento. La primera ley fue votada este verano y se refiere al saqueo nazi, la segunda, sobre restos humanos, se promulgó el 26 de diciembre. La última ley marco, sobre restituciones de la época colonial, es con diferencia la más controvertida y ya se considera que está atrasada, ya que aunque Francia ha devuelto 26 artefactos a Benin y una espada a Senegal, el número de objetos devueltos está muy por debajo de las vagas promesas iniciales.

Por su parte , el parlamento del Reino Unido aprobó la Ley de Instituciones Benéficas (Charity Act) en 2022, en la que “permitirían a los museos nacionales devolver material en casos excepcionales en los que exista una obligación moral abrumadora de hacerlo”.Sin embargo, la aplicación de esas secciones ha sido bloqueada temporalmente, con los Mármoles del Partenón en la eterna disputa y negociación con Grecia.

Mientras tanto, la República Democrática del Congo ha estado trabajando este año para crear un sistema para manejar artefactos restituidos de museos europeos, después de recibir un inventario de 84.000 objetos congoleños en Bélgica . Indonesia estableció un equipo de restitución para trabajar con los Países.

Los norteamericanos por su parte nos llevan cierta ventaja en esto de las restituciones. La avalancha de demandas a los principales museos enciclopédicos no ha cesado y las restituciones tampoco. La diferencia está en que en el caso norteamericano las piezas reclamadas proceden abiertamente del robo, expolio y trafico ilegal contemporáneos. A esto se añade la reciente Ley de Protección de Tumbas de Nativos Americanos (NAGPRA), pero claro, ellos tienen el Movimiento Woke “en casa

El destino del museo 'enciclopédico'

Como vemos la tendencia en la devolución de objetos se está extendiendo visiblemente, especialmente en las grandes instituciones norteamericanas, porque existe una mayor probabilidad de restituir artículos encontrados en museos que en colecciones privadas.

Pero la realidad es que muchos museos enciclopédicos no revelan el número real de objetos que poseen, lo que tiene el efecto de frenar los pedidos de restitución.

Si bien la restitución ha sido como decía una cuestión de salvaguardar su imagen pública ante la virulencia del Movimiento WoKe y el revisionismo museístico occidental, algunos especialistas empiezan a reaccionar diciendo que “todo no vale”.

En el centro del debate está el concepto de museo enciclopédico occidental. Los críticos han señalado desde hace tiempo que los ciudadanos del Sur Global no pueden acceder fácilmente a estos museos, cuyas colecciones comprenden obras importantes de sus culturas.

Algunos han argumentado que tales artefactos pueden exhibirse en sus países de origen sin necesariamente “vaciar” las instituciones que los albergan, mediante la organización de exposiciones itinerantes y préstamos a largo plazo. Otros cuestionan si el país solicitante exhibirá al público las obras restituidas y las conservará como patrimonio nacional.

El historiador de arte Bernard de Grunne, experto mundial en artes tribales, dijo que cree que los defensores de la restitución están pasando por alto innumerables ejemplos de artículos comprados de manera justa debido a objetivos políticos.

“No es una cuestión objetiva e histórica. Se ha convertido en una cuestión política y un punto de presión. Creo que Occidente hizo un gran servicio para salvar lo que quedaba de estos patrimonios artísticos de África. Creo que la mayoría habrían desaparecido”, afirma Grunne.

La abogada de arte Corinne Hershkovitch declaraba "Todavía estamos atrapados en lo que llamamos el 'museo universal' y la sacralización de los objetos. Decir que otro país no es capaz de conservar sus obras de arte forma parte de unas normas que estamos imponiendo... Todavía estamos muy lejos de poder discutir estas cuestiones en igualdad de condiciones”.

¿Justicia, tendencia político-social, temor a la critica, geoestrategia o tradición museística?. El debate continua.

Jorge Llopis es director de Pecados del Arte, Historiador de Arte, Gestor Cultural y Licenciado en Comunicación por Columbia College

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