REDACCIÓN. Una filtración a la que ha tenido acceso Pecados del Arte sobre la pasada sesión del Ayuntamiento de Teherán del 15 de septiembre, revela que un miembro del consejo municipal preguntaba por el paradero de 30 pinturas de gran valor desaparecidas del Museo de Artes Religiosas Iman Alí.
Por lo visto las obras de arte fueron prestadas a una entidad no identificada fuera del municipio con documentación oficial, supuestamente para una exposición que nunca se llevó a cabo. A pesar de las reiteradas consultas, no ha habido una explicación clara ni una respuesta de las autoridades responsables.
“Hemos intentado hacer un seguimiento de este asunto, pero no sólo no hemos recibido ningún informe, sino que nadie nos ha dado una respuesta clara sobre dónde están las valiosas obras de arte”, dijo el funcionario durante la sesión.
De hecho no hay imágenes de las piezas desaparecidas lo que hace que sea complicado su identificación.
Este último incidente forma parte de una cadena continuada de apropiaciones indebidas de los tesoros históricos y artísticos de Irán durante el gobierno de la República Islámica. Entre otros casos anteriores figura el robo de 48 alfombras tejidas a mano del Palacio de Sa'dabad entre 2013 y 2016. Las alfombras, consideradas tesoros nacionales, habrían sido trasladadas a una residencia privada en una camioneta, según relatos de testigos presenciales.
A medida que surgen más casos de bienes culturales desaparecidos o mal gestionados, los expertos sostienen que la incompetencia, la corrupción y la indiferencia del gobierno iraní están permitiendo que el patrimonio de la nación desaparezca. Algunos han acusado directamente al gobierno de descuidar deliberadamente los bienes culturales y sospechan que los funcionarios podrían estar sacando provecho de las "desapariciones" mediante ventas ilícitas en el mercado negro.
La falta de transparencia en el manejo de los bienes complica aún más las cosas. Como en el caso del Museo de Artes Religiosas Imán Alí, los funcionarios del gobierno se mantienen en silencio y ofrecen poca o ninguna explicación sobre las obras de arte desaparecidas.
Mientras el gobierno iraní continúa promocionando sus iniciativas económicas y militares, muchos sostienen que ha descuidado su responsabilidad de salvaguardar el patrimonio cultural e histórico de la nación.
Activistas culturales exigen ingenuamente una investigación sobre las pinturas desaparecidas y un recuento completo de los tesoros culturales perdidos de Irán.