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Vicente Fernández Salmerón

La datación de objetos de arte en madera

Los signos de envejecimiento a consecuencia de la evaporización, oxidación y otros factores, provocan cambios en las curvas de absorbancia
Los signos de envejecimiento a consecuencia de la evaporización, oxidación y otros factores, provocan cambios en las curvas de absorbancia (Foto: © ICCD)

La datación por espectroscopía infrarroja se basa en dos aspectos: uno, que todo material sobre la faz de la Tierra se compone de un grupo de moléculas, incluidos aquellos con los que las obras de arte fueron hechas; y dos, que algunas de esas moléculas pueden sufrir alteraciones con el paso del tiempo.

lunes 06 de febrero de 2023, 01:15h

Vicente Fernández Salmerón

Director Arte ICCD

La validación del deterioro y modificación del material con el paso del tiempo es uno de los métodos empleados para determinar la edad en obra artística y antigüedades, como son el análisis de la pátina en el bronce, el estudio de los craquelados en pintura al óleo, etc. Como medios que trataron de asistir a la datación, aparecieron el siglo pasado dos métodos: el Carbono 14 y Dendrocronología. Útiles en el estudio del planeta, pero que rápidamente denotaron su insuficiencia y poca fiabilidad para datar objetos de arte.

Hacia mitad del siglo XIX la espectroscopía ayudó al análisis de materiales, su composición orgánica, evitando técnicas de análisis químico que podían ser costosas y que requerían una mayor destrucción del objeto por cuanto había que intervenirlo a la hora de examinar la muestra.

En el caso que nos ocupa, se dejó atrás la comprobación de la edad de la madera usando análisis químicos y se centró en el estudio de la espectroscopía infrarroja. No es que se tratara de un método nuevo y desconocido, no, simplemente se comenzó a aplicar en el estudio y datación de obra artística hecha sobre madera. Se demostró como una técnica fácil de aplicar, de gran precisión y alta fiabilidad.

La datación por espectroscopía infrarroja se basa en dos aspectos: uno, que todo material sobre la faz de la Tierra se compone de un grupo de moléculas, incluidos aquellos con los que las obras de arte fueron hechas; y dos, que algunas de esas moléculas pueden sufrir alteraciones con el paso del tiempo.

Los signos de envejecimiento a consecuencia de la evaporización, oxidación y otros factores, provocan cambios en las curvas de absorbancia (Fig. 1), así como movimientos o desplazamientos en ellas (Fig.2).

El espectro infrarrojo de un material muestra sus moléculas o grupos de moléculas con picos y ondulaciones. La espectrográfica permitió obtener un margen de edad de entre el ±20%.

El desplazamiento de las frecuencias, la espectroscopía propiamente dicha, amplió el margen de precisión en estos análisis. Precisión que no depende de los cambios ambientales, quizá dependiente también de los cambios a nivel biológico en el núcleo celular del árbol que facilita esa madera sobre la que se trabaja.

Las células vegetales están protegidas por una pared de celulosa que es altamente resistente al agua por lo que incluso en yacimientos arqueológicos se han encontrado materiales susceptibles de datación, sea el caso, por ejemplo, de repertos de naves romanas.

Para llevar a cabo esta técnica se hizo indispensable poder haber analizado una gran cantidad de objetos hechos en madera de los que se conocía su edad con claridad, de este modo se pudo contar con espectros concretos para cada tipología de maderas, procedentes de innumerables museos y colecciones. Es interesante y de destacar que para esta técnica, solo se requieren unos pocos miligramos de polvo de madera, normalmente obtenida en una profundidad superior a 3mm de la superficie, similar al hueco que podría dejar una polilla. Ese polvo mezclado con aceite mineral o bien con bromuro de potasio, se prensa para obtener una pastilla traslúcida, sobre la que sea hace incidir el haz del espectrómetro. Se obtuvieron así resultados óptimos para diferentes grupos de madera.

Con un margen de error inferior al 10% hasta 400 años de antigüedad podemos incluir a las coníferas, leños orientales y africanas o maderas nobles como el arce o la haya. Otras maderas como el castaño, ébano, caoba o palisandro se demostraron difícilmente datables o directamente imposibles de datar.

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