REDACCIÓN Según informa EMPIRE STATE TODAY el Tribunal de Distrito de Nueva York ha condenado a 6 meses de prisión federal a Ashraf Omar Eldarir por contrabando continuado de piezas expoliadas en Egipto.
Eldarir fue detenido en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York en enero de 2020, cuando agentes de aduanas abrieron su equipaje y encontraron 590 objetos antiguos ocultos. Las autoridades afirmaron que, al abrirse, los paquetes desprendían un olor a tierra mojada y arena derramada, lo que indicaba que los objetos habían sido excavados recientemente. Entre los objetos se encontraban amuletos funerarios de oro y maquetas de tumbas de madera revestidas de lino, que datan de alrededor del año 1900 a. C.
Eldarir se declaró culpable a principios de este año de cuatro cargos de contrabando. El 27 de agosto, la jueza Rachel P. Kovner dictó la sentencia de seis meses en el tribunal federal de Brooklyn. Más de 600 objetos han sido incautados como parte de la investigación y serán repatriados a Egipto.
Sabiendo que tenía una mínima posibilidad de ser declarado inocente, el exmédico convertido en contrabandista se declaró culpable. En teoría, por su participación en estos asuntos, las directrices de sentencia estadounidenses estimaban que podría cumplir entre tres y cinco años de prisión e incluso podría enfrentarse a la desnaturalización y repatriarlo a Egipto donde las penas son mucho más severas.
Eldarir, médico colegiado, se inició como contrabandista comenzó durante la revolución egipcia de 2011, cuando los saqueos generalizados brindaron la oportunidad a los traficantes para acumular una nueva reserva de antigüedades. "Los ladrones le enviaban videos de los objetos de las tumbas, como si fuera un Kmart ( supermercado) y le dijeran 'aquí tiene la opción'", declaró el fiscal.
Eldarir viajaba regularmente entre El Cairo y Nueva York, suministrando objetos a comerciantes y casas de subastas. Entre sus tiendas se encontraba Palmyra Heritage, dirigida por el anticuario Morris Khouli, quien se declaró culpable en 2012 de contrabando de bienes culturales egipcios, incluyendo un sarcófago grecorromano y un ataúd nido, después de que se revelara que utilizó etiquetas falsas y falsificó la documentación aduanera para transportar objetos a través de Dubái hacia Estados Unidos.
Sorprende la condena de 6 meses, únicamente, ya que La fiscalía había solicitado una pena mucho más severa, argumentando que las actividades de Eldarir eran deliberadas, sostenidas y rentables. Solicitaron al tribunal que impusiera una condena de tres años y una multa de 10.000 dólares, describiendo al acusado como un traficante experimentado que había mostrado poco remordimiento.
Una condena que contrasta con las penas en otros casos de delitos artísticos. El año pasado, por ejemplo, el falsificador estadounidense Earl Marshawn Washington, fue condenado a más de cuatro años de prisión y al pago de más de 200.000 dólares en concepto de restitución.
El caso de Eldarir muestra la vulnerabilidad del comercio mundial de antigüedades y subraya la necesidad de una diligencia debida rigurosa. Según The NationalEl Museo Británico adquirió un antiguo shabti o figurilla de Eldarir, quien afirmó haber pertenecido a su abuelo. Un portavoz del Museo Británico declaró a The National que su política de adquisiciones se endureció en 2024 para garantizar que los objetos se adquieran únicamente tras una diligencia debida satisfactoria y todas las indagaciones razonables.
La nota ha sido breve, no obstante ARCA (Association For Research into Crimes Against Art) ya había investigado en profundidad el recorrido criminal de Ashraf Omar Eldarir en diferentes artículos de su Directora Ejecutiva Lynda Albertson.
En uno de ellos se publicó una lista de código abierto de muchos de los artefactos egipcios en circulación en los mercados estadounidense y europeo que se podían rastrear hasta Eldarir. En una tercera entrega se examinaban cómo la insaciable demanda estadounidense de antigüedades egipcias entre 2012 y 2020, y la facilidad con la que las piezas ilícitas podían blanquearse en el mercado legal y revenderse, a menudo por sumas sustanciales, crearon un terreno fértil para contrabandistas como Eldarir y como el contrabandista se basó en cartas de certificación falsificadas y nunca produjo una licencia de exportación o prueba verificable de propiedad, pero el mercado del arte antiguo había acogido de todos modos sus productos.