REDACCIÓN. La pandemia todavía tiene consecuencias administrativas (o sirve como excusa para no solucionarlas, juzguen ustedes). Según informan varios medios la falta de resolución de varios convenios colectivos y trifulcas sindicales que se arrastran desde 2020 está dejando sin personal a los museos más importantes (y eso sólo, en la capital del Reino) justo en uno de los momentos más críticos para la comunidad museística.
Según informa la RAZÓN los funcionarios de los museos de titularidad estatal se quejan de “una situación precaria por pura desidia” por parte del Ministerio de Cultura. La reducción de plantillas, la falta de promoción profesional, la escasez de recursos básicos como una enfermería, hacen que los funcionarios de seguridad, por ejemplo estén pidiendo el traslado a otras plazas más “cómodas” dentro de la Administración.
Según informa este periódico, el Ministerio de Cultura argumenta que “Se trata de una situación puntual mientras se completan los procesos selectivos de la Oferta de Empleo Público con los que se reforzarán las plantillas de vigilantes”. Pero por lo visto no se tiene marcado ningún plazo ni para la convocatoria de oposiciones ni para mejorar la situación actual de estos funcionarios.
Ante esta situación laboral, el Museo Arqueológico Nacional (MAN), el Museo más importante de los 16 de titularidad Nacional, ha cerrado al público varias salas entre ellas las de Reinos Cristianos, la Edad Moderna, Oriente Próximo, Egipto y Nubia (una de las más demandadas por el público en general y por el infantil en particular), Grecia e Historia del Museo.
Según la RAZÓN una veintena de vigilantes de museos que han abandonado esta semana sus puestos en los museos, mientras se espera la publicación de la convocatoria con la que el Ministerio espera incorporar cerca de 90 trabajadores, aunque la realidad sigue siendo la carencia extrema de vigilantes de sala tras salir la resolución del concurso de traslados.
El caso del MAN no es el único. Según informa EL DEBATE otros dos museos de Madrid también van a cerrar salas como es el popular Museo Sorolla (200.000 visitantes en 2021) o el Museo Cerralbo.
El colectivo de los vigilantes ha menguado en una cantidad peligrosa a lo largo de los últimos años, por la falta de empleo público y por las disfunciones del IV Convenio Colectivo Único que los degradó de categoría, impidiéndoles cubrir las bajas de los taquilleros o los porteros mayores cuando se necesitaba. Un convenio deficiente y que no se ha cumplido como se quejan sindicatos como UGT, que curiosamente fue uno de los firmantes del acuerdo.
¿Chantaje o miedo? Probablemente ambas circunstancias sirvan para explicar la situación actual de los funcionarios de los museos más visitados de Madrid.
Por un lado, la avalancha de actos vandálicos en otros museos hacen que los vigilantes se sientan impotentes para vigilar pinacotecas tan extensas con recursos insuficientes a todas luces, así como la falta de normas claras de actuación contra este tipo de actuaciones.
Por otro lado no debería ser ninguna novedad que los trabajadores públicos aprovechasen esta situación de emergencia para forzar a la Administración a mejorar sus condiciones contractuales.
Sería de esperar que medidas electoralistas del ministro Iceta como sus Bonos Jóvenes de Cultura (una nueva ocurrencia al estilo KeliFinder ¿Recuerdan?) quedasen momentáneamente aparcadas para garantizar y agilizar los procedimientos que puedan proteger nuestros museos.
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