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Bárbara Mur Borrás

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Falsificación y copias no autorizadas de obra fotográfica en el mercado del arte.

La reproducción de una fotografía que vaya en contra de los derechos de autor no puede tener lugar en el mercado de arte y constituye un delito

miércoles 09 de noviembre de 2022, 10:03h

La fotografía artística ha alcanzado un importante lugar a nivel global en el mercado del arte. Aunque el porcentaje de transacciones comerciales sigue siendo muy inferior en comparación con la pintura, es una de las disciplinas que más se ha revalorizado desde 1990. La fotografía es un arte relativamente joven (183 años desde la presentación del daguerrotipo en 1839) y cuenta con ciertas particularidades, entre ellas los numerosos procesos técnicos desde su invención y la capacidad de multiplicarse.

El mercado de obra fotográfica tal y como lo conocemos en la actualidad comienza en 1970-1980. Fue a partir de aquel momento cuando los artistas vieron la necesidad de documentar, seriar los tirajes y diferenciar entre los positivos que habían realizado en una fecha cercana a los negativos con los que producían posteriormente, para ello utilizaron el término vintage empleado en el mundo del grabado. De esta forma quedo instaurado denominar a las copias de época vintage separando así con las copias posteriores print later o modern print e influyendo significativamente en el mercado del arte, siendo los vintages los que alcanzan mayores precios.

Al igual que otras disciplinas, en la fotografía existen falsificaciones y copias no autorizadas. En ambos casos buscan una rentabilidad económica introduciéndolas en el mercado de forma fraudulenta. La falsificación engañando sobre la autoría, época, técnica, etc. y las copias no autorizadas vendiendo obras no destinadas para el mercado del arte.

Uno de los primeros casos de falsificaciones y copias no autorizadas que se conoce fue a principios de 1990, con fotografías del reconocido y cotizado Man Ray. Werner Bokelberg, fotógrafo y coleccionista alemán compró 78 fotografías de Man Ray por el importe de 1,7 millones de dólares. Las obras habían sido autentificadas por un experto, Gerard Levy. Nada hacía sospechar que no fueran originales de época hasta que Maria Morris Hambourg directora del departamento de fotografía del Museo Metropolitan de Nueva York pidió en préstamo algunas de las piezas de la colección de Bokelberg para una exposición retrospectiva de Man Ray en 1998. Al evaluar las fotografías se dio cuenta de un detalle, algunas de las imágenes llevaban en el reverso el sello de la marca Agfa. Realizadas las pruebas pertinentes se confirmó que las fotografías estaban positivadas en un tipo de papel fotográfico marca Agfa producido entre 1992 y 1993, por lo tanto, no era posible que se hubieran realizado en vida de Man Ray (fallecido en 1976).

El coleccionista demandó al vendedor Benjamin Walter, que resultó ser un hombre de dudosa reputación, muy conocido en los ambientes nocturnos de París. Walter argumentó que las fotografías habían sido heredadas por su padre que conoció a Man Ray en París.

Sin embargo, las investigaciones llevaron a una historia más compleja.

De 1972 a 1976 Serge Beguier trabajó para Man Ray como impresor. Su exmujer Helen Beguier mantenía una relación con Benjamin Walter. Cuando falleció Serge, Helen descubrió en su taller fotografías de Man Ray, de ahí su procedencia.

La estafa que realizaron Helen Beguier y Benjamin Walter fue sofisticada porque no solo vendieron las copias descartadas por Serge si no que realizaron nuevas copias a partir de negativos originales, ya que Helen conocía y había tenido acceso al estudio de Man Ray. Bokelberg solo consiguió recuperar la mitad del dinero que había invertido, aunque continuo con la denuncia por falsificación.

Lamentablemente este no es el único escándalo en el ámbito de la obra fotográfica y nos hace reflexionar sobre la importancia de la correcta custodia de los archivos de los artistas y de la recopilación de documentación e informes de expertización.

La reproducción de una fotografía que vaya en contra de los derechos de autor no puede tener lugar en el mercado de arte y constituye un delito.

Bárbara Mur Borrás es Licenciada en Historia del Arte y Magíster en Gestión del Patrimonio Cultural. También es Doctora en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid con la tesis “La obra fotográfica en el mercado del arte español”.

Ha recibido formación complementaria orientada en la identificación, conservación, mecenazgo e historia de la fotografía en diversas instituciones y centros como Christie´s Londres, Museo Nacional de Ciencias Naturales, Instituto Superior de Arte, Universidad Menéndez Pelayo y otras.

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