REDACCIÓN. Una exposición de “arte carcelario” itinerante en Estados Unidos ha concluido por la cuestión de su adscripción legal. Es decir por la propiedad y Derechos Intelectuales sobre la obra.
En este caso se trata de la exposición “Art From Guantanamo Bay” compuesta por 36 obras de 8 autores y realizadas entre 2009 y 2015 y procedentes del Centro de Detención de la Bahía de Guantánamo, donde actualmente permanecen todavía están internados 41 presos acusados de terrorismo islámico.
Entre 2009 y 2015 y dentro del programa de reinserción y ocupación de los reclusos, se impartieron cursos variados de manualidades y enseñanza entre ellos de pintura. Los presos recibían materiales y entregaban a sus abogados las obras como agradecimiento. Posteriormente, en 2017 se reunieron las obras y se organizó una exposición itinerante.
Hasta finales de 2017 a los detenidos de Guantánamo se les permitía llevarse su arte cuando eran liberados o dárselo a sus abogados para que lo sacaran. Las obras realizadas eran escrutadas minuciosamente por la inteligencia militar norteamericana buscando cualquier indicio de mensajes codificados o información oculta. El reverso de las obras muestran los sellos que indican que las obras habían sido examinadas y autorizadas.
Las obras realizadas reflejan imágenes de la naturaleza. Una de las principales fuentes de imágenes para los artistas fueron las pilas de revistas de National Geographic en la biblioteca de la prisión. Irónicamente su trabajo a menudo parece reproducir el sueño americano del lejano oeste o la casita de la pradera. También reflejaban los recuerdos y las visiones del hogar y la familia. Hay visiones de mezquitas y paisajes desérticos. Y hay ciudades que los artistas deseban visitar.
Desde 2017 la exposición recorrió varias ciudades norteamericanas despertando mucho interés y ofertas de compra, lo que parece no gustó demasiado a las autoridades americanas. Sorpresivamente, a finales de 2017 un portavoz del Pentágono declaró que “los artículos producidos por los detenidos en la Bahía de Guantánamo siguen siendo propiedad del gobierno de Estados Unidos”. En verano de 2021, se insistió en que “Ni siquiera se pueden sacar copias de obras de arte de presos o descripciones de obras de arte”.
La última exhibición se llevó cabo en El Centro de Arte Catamount en Vermont, el pasado agosto y ahora parece que hay que devolver las obras a la prisión, ya que la legislación norteamericana no reconoce a sus creadores la propiedad intelectual de las obras.
Se trata de obras realizadas con los pocos medios disponibles entonces por los reclusos. Desde café o té, papel higiénico. Más tarde se les proporcionó, lápices de colores, bolígrafos y otros materiales para que realizasen los trabajos. Decimos “se les proporcionó” y está podría ser la circunstancia o clave, por la que el gobierno americano reclama la propiedad de las obras realizadas. A continuación se entenderá el por qué.
En algunos centros penitenciarios norteamericanos la regla es que "sí la prisión proporciona los materiales, como papel y bolígrafos y cualquier otra cosa, la prisión tendría la capacidad legal válida para poseer la obra de arte terminada", dice Viva R. Moffat, profesora de derecho en la Facultad de Derecho Sturm de la Universidad de Denver. “Por ello, en muchas prisiones los presos compran sus propios papeles y bolígrafos para que lo creado, sea también considerado de su propiedad personal”, añade la profesora.
La comisaria de esta exposición es la abogada Erin Thompson, profesora de delitos relacionados con el arte en el John Jay College de Nueva York, que declara sobre esta situación: “En Guantanamo no existe un cumplimiento específico de las leyes que se aplican a las prisiones en los Estados Unidos, que permiten a los reclusos conservar lo que producen mientras están encarcelados y después de ser puestos en libertad. Tampoco existe una ley internacional que estipule la situación con la que el ejército de los EE.UU. ha designado a este tipo de presos. Por otro lado, cualquier ley que el gobierno dicte en este sentido, nunca se aplica en la Bahía de Guantánamo”.
Otras voces apuntan que el gobierno norteamericano, no quiere que los ex reclusos de Guantánamo ganen dinero con este arte carcelario, a pesar de que los autores de las obras ya están en libertad. El último en enero de 2022.
¿Es de suponer que los interesados deberán comprar entonces, las obras en la tienda souvenirs del Pentágono?