REDACCIÓN. Según informa LA STAMPA REGGIANA el último gran falsificador, Giulianno Ruffini que estaba en busca y captura por las autoridades, finalmente parece haber sido detenido en el norte de Italia a finales de esta semana. El escurridizo falsificador había desaparecido sin dejar rastro. Por la información aportada por la policia, los datos personales del detenido coinciden exactamente con los de Ruffini.
Las alarmas saltarón cuando la policia italiana fue al domicilio de Ruffini para su arresto. Habia desaparecido y teniendo en cuenta lo escurridizo del estafador y sabiendo que que tiene residencia fiscal en Malta y Bélgica se temian lo peor. Pero a finales de semana el falsificador se presentó voluntariamente a la policia italiana, quien lo pondrá a disposición de la justicia francesa, desde donde está reclamado para ser juzgado. La acusación partió de Francia en 2019 después de una investigación que dictaminó finalmente la falsificación y venta de varios cuadros atribuidos a Grandes Maestros durante las últimas décadas. Por aquel entonces Ruffini tenia cuestiones pendientes con la Hacienda italiana, y el juez italiano determino que su extradición a Francia se haría una vez se terminase el proceso en Italia. Esta detención abre el camino para su traslado a Francia.
Ruffini, no sólo es falsificador , sino que es el cerebro de una red de falsificación en la que destaca otro pintor, Pasquale (Lino) Frongia detenido en 2019. Ambos estarían especializados en Grandes Maestros como Cranach, Brueghel, el Greco, Parmigianino o Frans Hals.
Tanto Ruffini como Frongia involucraron en la estafa al anterior ministro de cultura italiano Vittorio Sgarbi en 2019. Historiador del arte y político, Sgarbi fue una de las 23 personas a las que Carabinieri acusaron de vender falsificaciones y redactar certificados de autenticidad falsos y quien describió a Frongia como el "viejo maestro vivo más grande".
Esta trama consiguió engañar a museos como el Louvre, la National Gallery de Londres y el Museo Metropolitano de Nueva York, así como a destacados marchantes como Mark Weiss, Konrad Bernheimer o Sotheby's.
Giuliano Ruffini, vendió docenas de pinturas en las últimas décadas: Al príncipe de Lienchestein una Venus atribuida a Cranach por siete millones de euros en 2013. Sotheby’s vendió un San Jeronimo también de Ruffini, atribuido a Parmigianino que se subastó en Nueva York en 2012 por 840.000 dólares y anteriormente en 2011 un retrato atribuido a Frans Hals, procedente también del falsificador.
También vendió un San Cosme a la Colección Alana de Nueva York. Tras ser declarada como falsa por exámenes científicos legales, ya que presentaban características comunes con las otras obras incautadas en París, atribuidas a Brueghel o Greco, todas falsas. En resumen los informes cientificos coincidían en la craquelación forzada y en la presencia de pigmentos que no correspondian a época.
Ruffini siempre ha insistido en su inocencia argumentando que las obras vendidas eran de su propiedad compradas en España a finales los años 70, y que por aquel entonces contaban con el aval de diferentes expertos.
Previamente, el Louvre, el Museo Jacquemart André de París, la Galería Nacional de Londres, el Museo Metropolitano de Nueva York, el Kunsthistorisches Museum de Viena, así como marchantes y comisarios de toda Europa, habían avalado la autenticidad de las obras vendidas por Ruffini.