En 2002 fallecía en Barcelona el crítico, profesor de arte, traductor, poeta y dibujante Rafael Santos Torroella. Dejó como herencia una colección que incluía, además de su biblioteca y archivo personal, 10 originales de Miró, 9 de Dalí, 8 de Tapies, 5 de Picasso y obras de Nonell, Tharrats, Joan Ponç y Barrades. Esta noticia que no merecería mayor comentario, directa o indirectamente pasó a formar parte del 3% de la financiación de CiU.
En el año 2014 el Ayuntamiento de Girona, siendo Carles Puigdemont su alcalde, valoró la colección en 3,9 millones de euros y decidieron comprarla, ante la negativa de varios partidos políticos, como PP y Ciudadanos. ¿Dónde estaba el problema? El primer pago a los herederos de Santos Torroella salía de varias partidas del presupuesto municipal, destinadas a mejoras y proyectos del mantenimiento de la red de saneamiento del agua de Girona. Aquella forma de adquirir la colección, estando detrás dos conocidos comisionistas de la política gerundense como Miquel Casals y José María Matamala Alsina, levantó sospechas.
El juzgado de Instrucción número 2 de Girona consideró que la adquisición y la forma de hacerlo era constitutiva de delitos de prevaricación, fraude a la Administración y falsedad documental. La juez envió la causa al Tribunal Supremo para que decidiera si investigaba a Puigdemont, aforado por su condición de eurodiputado, por si hubiese incurrido en alguna ilegalidad al emplear en la adquisición de las obras dinero que tenía que ser destinado a la red de aguas de la ciudad.
Los magistrados del Tribunal Supremo llegaron a la conclusión que se había producido una infracción administrativa, pero no había delito. Tampoco apreció delito de prevaricación, aunque se realizase una transferencia de fondos no permitida por la ley. Los magistrados entendieron que no fue más que un ilícito administrativo. Con lo cual el caso fue cerrado y se paralizó cualquier investigación a Puigdemont, aunque se sospecha que una parte del dinero ayudó a la financiación de la antigua Convergència.
¿Qué importancia tiene la colección Santos Torroella?
En su momento se quiso crear un Museo de Arte Moderno y Contemporánea en Girona, para exponer todos esos cuadros y otros. Mientras el Museo aún es u proyecto, la colección se encuentra depositada en el Museo de Historia de la ciudad.
En el archivo personal de Santos Torroella se encuentra el fondo de la Galería Dalmau. Esta Galería estuvo abierta, en Barcelona de 1906 a 1930. La galería presentó la primera exposición colectiva del cubismo en el mundo en 1912. Igualmente realizó las primeras exposiciones individuales de artistas destacados como Miró, en 1918, y Dalí, en 1922 por primera vez y en 1925 con su primera individual. Fue también el primer galerista en España de Juan Gris. Este fondo fue digitalizado, en 2017, por el Ayuntamiento de Girona y se puede consultar en Internet. También hay cartas dirigidas a Miró de Matisse, Éluard, Max Jacob, Hemingway, Bretón y Tzara.
En el fondo encontramos el manuscrito original de Paul Éluard Naissance de Miró, o cartas de Gómez de la Serna. Pate de las obras de arte de Picasso, Picabia, Miró, Dalí, Lorca, Millares, Tapies, Ángeles Santos o Maruja Mallo de la colección Santos Torroella fueron expuestas, en 2016, en una exposición titulada Campo cerrado. Arte y poder en la posguerra española. 1939-1953, que se pudo ver en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
César Alcalá es periodista e historiador.
Ha publicado diversos titulos sobre la retaguardia durante guerra civil española.
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