REDACCIÓN. El pasado diciembre y después de varios años de negociación, el gobierno alemán anunció a bombo y platillo la restitución a Nigeria de parte de sus colecciones de Bronces de Benín de sus diferentes museos, que después de las del British Museum son las más numerosas.
Estas restituciones forman parte de la reciente “tendencia” de los gobiernos occidentales por “reparar” los considerados “errores” del pasado colonial. Decimos “tendencia” ya que forma parte de un movimiento global revisionista y negacionista que ha despertado, o mejor dicho excitado razonamientos muy dispares en el entorno de las democracias liberales europeas. Hay quienes opinan que se debe mantener el carácter de las colecciones desde la perspectiva de la preservación , constitución y procedencia de las mismas y por otro lado la reparación moral de estos objetos que consideran saqueados. Un debate en el que como se ve, se reconsideran cuestiones subjetivas frente a la objetivad científica de la museística.
Recientemente y meses después de estas restituciones por parte de Alemania a Nigeria, las dudas empiezan a asomar en los medios. “Patrimonio mundial en peligro”, advirtió el Frankfurter Allgemeine Zeitung a fines de febrero, sobre un artículo de una profesora de etnología Brigitta Hauser-Schäublin, que opina abiertamente que las esculturas estarían en riesgo de ser robadas en Nigeria. “No está claro si el pueblo nigeriano se beneficiará de las devoluciones”, escribió en Die Welt el 14 de marzo, cuestionando si los artefactos se exhibirían. “Regreso a Benín ¿Y luego qué?”, tituló también el semanario Die Zeit.
En diciembre ya se devolvieron 44 piezas de 1.117 objetos distribuidos en los museos alemanes de Berlín, Dresde, Stuttgart, Colonia y Hamburgo.
Su destino inicialmente era el Museo Edo de Arte de África Occidental (EMOWWA), instalación que todavía hoy es simplemente un proyecto ya que EMOWAA está recaudando dinero para construir el Museo.
Abba Tijani, el director general de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos de Nigeria (NCMM), ha escuchado estas dudas antes. “¿Tenemos las instalaciones? ¿Tenemos las capacidades? Estas preguntas surgen todo el tiempo. De ninguna manera me comprometería a tomar artefactos si no pudiera cuidarlos o si no tuviéramos personal calificado. Sólo un pequeño número ha sido repatriado. Quiero asegurarme de que tenemos la capacidad de cuidarlos”.
La perspectiva de que cientos de tesoros regresen a Nigeria ha dado impulso a una serie de planes de construcción de museos en el país africano, pero claro se habla de planes y proyectos. “Esta situación ha arrojado luz sobre la necesidad de una mejor infraestructura museística en Nigeria”, reconoce Phillip Ihenacho, presidente de EMOWAA.
Se planean dos instalaciones de almacenamiento en la ciudad de Benin. El gobierno de Nigeria aprobó la financiación de un nuevo depósito que puede albergar 3.000 bronces, y según Tijani, y agrega que tendrá seguridad de última generación, incluida vigilancia. Por su lado el EMOWAA está construyendo una instalación patrocinada por el estado de Edo y parcialmente financiada por el gobierno alemán; No está claro si los bronces que regresan se mantendrán allí.
EMOWAA está recaudando dinero para construir el Museo Edo de Arte de África Occidental, diseñado por David Adjaye. La idea, dice Ihenacho, “no es ser simplemente un receptáculo para los bronces de Benín; estamos mirando mucho más ampliamente”.
Mientras tanto, el NCMM planea mejorar su museo existente para convertirlo en el Museo Real de Benin, el principal escaparate de los tesoros. Y el presidente saliente de Nigeria, Muhammadu Buhari, ha anunciado planes para un Museo Nacional de la Unidad en Abuja.
Como se ve, Nigeria no cuenta más que con proyectos museísticos actualmente (3) y en cuanto a depósitos de custodia para los valiosos Bronces de Benin no está en una situación mejor. Los propios nigerianos reconocen la precariedad actual de sus museos o instalaciones, a pesar de sus buenas intenciones.
Ante esta situación cabría preguntarse si las dudas de Brigitta Hauser-Schäublin y otros expertos y medios alemanes no son absurdos, sino una realidad. Nigeria no es un país estable en absoluto y las alarmas entre los conservadores de museos alemanes puede que no sean infundadas respecto a objetos culturales y artísticos que se han preservado y con un futuro más bien incierto.
¿Puede reabrirse el debate de las restituciones si estas, no ofrecen garantias mínimas de seguridad para las piezas reclamadas después de años y esfuerzo en su preservación, conservación e investigación por parte de los, basándose en simples critrerios morales?.
Por otro lado, también se debería analizar si la decisión definitiva del gobierno inglés sobre la devolución de los Mármoles del Partenón del British Museum podría haber influido en la opinión de los directores de museos alemanes y que se replantearan los términos para la devolución de estas piezas, exigiendo unas condiciones e infraestructuras a países que ni siquiera pueden garantizar su estabilidad politica.