Es importante aclarar que detentar los derechos de autor no quiere decir que esa persona o asociación detenta también el poder de certificar, de hecho, hay la suficiente jurisprudencia internacional que avala tanto un peritaje independiente o una sentencia de una asociación siempre y cuando demuestren investigación y se consideren ambos un peritaje de arte. En este sentido, en una publicación de la perito Sharon Hecker, cuenta sobre la sentencia de la corte de Milan sobre el caso Joseph Albers:
¿Una obra de arte sin certificado de autenticidad es necesariamente una falsificación? En el caso de un cuadro atribuido a Josef Albers, el Tribunal de Apelación de Milán ha dicho que no. Es la primera vez que un tribunal italiano reconoce la importancia de aportar pruebas en apoyo de una opinión sobre la atribución o autenticidad de una obra de arte.
Estas pruebas pueden incluir una sólida documentación histórico-artística y el análisis científico de los materiales. El tribunal estableció que esto es válido tanto si la opinión la emite una fundación, un heredero o un erudito independiente. En otras palabras, desde un punto de vista jurídico, la diligencia debida superficial ya no es suficiente. A lo largo de los años, el hecho de que aún no exista una norma para la diligencia debida ha creado batallas entre expertos.
Además, el Tribunal de Apelación concluyó que la fundación ejercía un monopolio sobre los dictámenes y certificados de autenticidad. El Tribunal sostuvo que en este caso existe un conflicto de intereses, ya que la fundación ostenta demasiado poder por su autoridad exclusiva para emitir certificados y por su capacidad para incluir o excluir la obra de su catálogo razonado. El Tribunal sostuvo que, en consecuencia, el poder de la fundación puede afectar negativamente al valor de la obra en el mercado (Hecker 2022).
La mayoría de las asociaciones[1] no poseen hasta ahora un perito de arte en sus equipos, es algo que paulatinamente va a cambiar en la manera que esas instituciones vean un perito como salvaguarda del trabajo y no como una amenaza.
En muchos casos, ni debe el perito pertenecer a la asociación, puede ser contratado directamente por el cliente sobre la indicación de la fundación o familia. En ese sentido, hace cuatro años, recibí el pedido de un cliente de los Estados Unidos para realizar peritaje en 3 obras del afamado artista León Ferrari, la fundación, consciente de sus limitaciones y ante la ausencia de documentación vinculante y registros internos rechazo la certificación con el argumento de que si era presentada una pericia que confirme la autenticidad, la fundación analizaría las pruebas y procedería con la deseada "certificación".
Así, el peritaje se realizó de manera independiente y durante seis meses el equipo visito los acervos de los principales museos que poseían obras de ese artista como el Malba de Buenos Aires, el Museo de Arte moderna de San Pablo y hasta el Moma de Nueva York entre otros. Todas las obras testigo adquiridas de mano del artista en diferentes periodos.
En resumen, las tres obras que estaban publicadas en catálogos de Christie´s de Nueva York que fueron frenadas por la fundación antes del remate, eran falsificaciones con Provenance falsa, hay indicios que esas obras pertenecen a un grupo de obras creadas a partir de una supuesta proveniencia. A partir de ese resultado adverso, la fundación negó la certificación basados en la pericia independiente, teniendo así una protección legal ante eventuales demandas ya que quien concluyó que las obras no eran fue la empresa especializada y no la fundación.
Otro factor que es indiscutible es el de la necesidad de la interdisciplinaridad, hace tiempo que se vienen presentando como peritajes, simples estudios realizados en laboratorio sobre la materialidad de la obra, muchas veces informes firmados por químicos o físicos que trabajan en esos laboratorios son tomados u ofrecidos como prueba, inicialmente pensar que un estudio técnico-científico de materiales es lo mejor que se puede ofrecer, no obstante la ausencia de estudios históricos-contextuales, estéticos-técnicos y de Provenance hacen que un simple resultado de laboratorio sea insuficiente y el porqué es claro.
Encontrar compatibilidad de materiales (por ejemplo que el pigmento utilizado es compatible con la época del artista) eventualmente es el primer paso para continuar una investigación ya que el falsario puede haber elegido correctamente los materiales, por otro lado, existen artistas que por su reputación en vida, fueron (o están siendo) falsificados en cuanto están en producción, lo que representa que 30 años después de fallecido, hay obras en el mercado que tienen la antigüedad que ostentan, tienen la compatibilidad de materiales no obstante se trata de falsificaciones de época.
Cada caso es único, cada obra tiene su ruta de vida y es el conjunto de elementos el que debe ser analizado. De igual manera, la necesidad de tener en el equipo peritos calígrafos especialistas en obras de arte es enorme, ya que una obra, firmada, cuando falsa, es una falsificación y en consecuencia es un delito.
Una obra falsa, sin firma, eventualmente puede pasar como una simple copia. El cambio de categoría de una obra por la presencia de la firma es más importante de lo que muchas veces el mercado considera. Es verdad que el acto signatural en una obra responde a distintas necesidades y momentos del artista, están los que nunca firman y lo hacen todo junto antes de una exposición, están los que firman cada vez diferente y los que su firma es parte de la composición.
En todos los casos, hay tantos elementos a ser estudiados en la firma como en la ejecución plástica de la obra. No obstante, es indispensable que el profesional actuante, se entrene en los diferentes tipos de soportes y herramientas que claramente son no convencionales para la escritura
. Además de su intervención en la firma, el calígrafo puede develar la autenticidad de los documentos que acompañan la pieza, tan víctimas del flagelo de la falsificación como las propias obras.
[1] En Argentina , a veces se emplea Asociación en vez, de fundación Nota de Redacción.
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