REDACCIÓN. El pasado 6 de junio entró en vigor en Reino Unido una de las medidas más estrictas en Europa sobre compra, venta, importación o exportación marfil de elefante. Eso implica tallas y objetos que incluyan marfil. Los infractores se enfrentan a penas hasta cinco años de prisión o multas de hasta 250,000 £ (292,000 €). Esta prohibición se encuentra entre las más estrictas de Europa.
Excepcionalmente quedarán excluidas piezas de “valor artístico, histórico y cultural excepcional realizados antes de 1918 y objetos realizados antes de 1947. En este sentido se recomendaría desde aquí a los británicos que se aseguren que además hallan sido compradas (con factura demostrable) antes del 3 de marzo de esa fecha. Es lo que exige el acuerdo CITES del que España es miembro desde 1987 y por lo visto el Reino Unido no lo era en su totalidad. Se supone que el marfil de mamut esta igualmente exento ya que estos animales murieron hace bastante más.
La Ley de Marfil como se la conoce, fue aprobada por el Parlamento en 2018 y se aplicó a las 12 de la noche del día 5, circunstancia que permitió que los comerciantes y coleccionistas vendieran sus propios artículos de marfil en los días previos y hasta las 11 de la noche de la fecha limite. Se estima que 165 casas de subastas del Reino Unido vendieron más de 2.700 objetos de marfil en el último mes, lo que generó una ganancia neta combinada de 842.000 £ (985.989 €).
Según Two Million Tusks, una organización sin fines de lucro dedicada a la protección de los elefantes ha manifestado: “A pesar de la prohibición, las casas de subastas británicas mantienen una gran voracidad por estos artículos”.
Si bien los legisladores han elogiado la postura de línea dura de la ley recientemente aplicada contra el comercio de marfil en el Reino Unido, no queda claro sí la ley protege o no, las pieles, patas y otras partes de los elefantes que a menudo se recolectan como trofeos; Tampoco aborda el marfil procedente de otros mamíferos, como la morsa, hipopótamo, orca, narval o el elefante asiático por lo que otros temen que no vaya lo suficientemente lejos como para poner fin a la caza furtiva de elefantes y otros animales en peligro de extinción.
Louise Paterson, abogada de arte en la firma londinense C.R. Speechlys, manifestó a ARNET que “siempre existe el riesgo de que la prohibición simplemente traslade el comercio de marfil a otros centros comerciales y fomente las exportaciones ilegales a jurisdicciones donde el comercio de marfil está menos controlado”
En cuanto a la falta de protección para otros animales, Paterson sugirió que la aprobación y aplicación de la Ley de Marfil hace que la posibilidad de extender la prohibición más allá de los elefantes sea "poco probable y que resulte muy controvertida".
Esta ley pone fin a la impunidad del mercado inglés en cuanto a la venta de marfil a pesar de ser integrante del convenio CITES.